La pandemia provocó el cierre de muchos negocios, pero también hizo que trabajadores y empresarios tuvieran que reinventarse.
Es el caso, como se explicó hace meses, del grovense Toño Caneda, un pulpeiro al que muchos recordarán por su trabajo en la Festa do Marisco y que durante años fue el brazo derecho de Manuel Rodríguez, propietario de Rodrimar, una de las firmas más importantes de Galicia en lo que a manejo y comercialización de pulpo se refiere.
Obligado a reinventarse, Toño Caneda y su hijo Adán desafiaron a la crisis provocada por la pandemia poniendo en marcha su propia empresa, Pulpeiros Canper. Fue así como trabajaron intensamente el pasado verano, desplazándose a diferentes puntos de la provincia.
Ahora su pulpo á feira, con su pimentón, su buen aceite y sal gruesa, como mandan los cánones, también puede saborearse, junto a churrasco y otros productos, a orillas del río. Más concretamente en Barrantes, en el punto donde arranca la conocida Ruta da Pedra e da Auga.
Allí se sitúa el Chiringo de Concha, que desde hace unos días ofrece a sus clientes el servicio añadido de Pulpería Canper.