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La Guardia Civil estrecha el cerco en O Grove

Un control de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil en la entrada a O Grove. M. Méndez

La brutal escalada de los contagios en O Grove, que pasó de no tener ninguno a sumar 25 vecinos afectados por el coronavirus, en solo quince días, según los registros oficiales que se manejaban ayer, parece explicar que la Guardia Civil haya decidido intensificar la vigilancia frente al COVID que ya ejercía de forma más que evidente en la península meca desde el puente festivo del Día del Padre, e incluso antes.

Si bien es cierto que la mayor parte de los contagiados en esta localidad arousana están relacionados con dos o tres unidades familiares muy concretas y, aparentemente, sin nada que ver con la hostelería o la masiva afluencia de visitantes, lo cierto es que el tirón turístico que ejerce O Grove obliga a extremar las precauciones y, en consecuencia, la vigilancia policial.

De ahí que esta Semana Santa la Comandancia de Pontevedra haya reforzado los controles en la localidad, tanto los de carretera como los llevados a cabo en calles, plazas y terraza de bares, restaurantes y todo tipo de locales de hostelería.

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La Usecic de la Guardia Civil también vela por el cumplimiento de las normas COVID Manuel Méndez

“En unos momentos tan complejos como los actuales, debemos agradecer y resaltar la labor que está desempeñando la Guardia Civil”, reflexiona el alcalde, José Cacabelos, tras presenciar en directo otra de sus intervenciones.

Y es que él mismo pudo observar de cerca el trabajo realizado ayer por los agentes, cuando se encontraba en la terraza de un local de San Vicente de O Grove en el que, como los demás clientes, disfrutaba a pie de playa de una agradable tarde de descanso y música.

Al lugar llegaron un buen número de efectivos de la benemérita y, “como ya habían hecho en otros establecimientos, y como deseamos que sigan haciendo, los guardias se dedicaron a comprobar que todos los clientes lleváramos mascarillas, que se respetaran las normas de aforo y, sobre todo, procedieron a pedir la identificación de algunos para comprobar que todos éramos gallegos, residentes en esta comunidad o bien que estamos en ella por causa justificada, tratando así de evitar la llegada de ciudadanos de otras regiones”, relata el propio Cacabelos.

Es por ello que insiste en “felicitar a la Guardia Civil por el trabajo realizado, constatando que todos cumplamos las medidas establecidas”.

José Cacabelos, que recibió algunas críticas en las redes sociales “por el simple hecho de encontrarme en la terraza de un bar, como si no pudiera hacerlo como hace cualquier otra persona”, anima al cuerpo a seguir en la misma línea de vigilancia y control, que es también lo que demanda de la Policía Local.

Un control de la Guardia Civil de Tráfico en A Lanzada. M. Méndez

Eso sí, sin olvidarse, una vez más, de apelar a la responsabilidad y sentido común de cada ciudadano a título individual.

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