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2021: Aniversario de los burros de "fariña" más ricos de España y de la muerte de Emilia Pardo Bazán

Una familia visitando a los burros "fariñeiros" que se alojan en A Toxa, el miércoles. FdV

Los burros que se crían en la emblemática isla de A Toxa están de actualidad. Lo están porque se cumple una década desde que llegaron a este territorio insular y porque esta Semana Santa repiten como uno de los alicientes turísticos de O Grove. Pero también, porque este año se conmemora el aniversario de la muerte de Emilia Pardo Bazán.

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues todo. No hay que olvidar que esos borricos están ahí desde 2011, quizás ocupando la parcela más lujosa que estos animales puedan aspirar a habitar en cualquier parte del mundo (12.000 metros cuadrados), como homenaje a esa novelista. ¡Y gracias a ella!

La novelista y la leyenda del burro que se sanó milagrosamente

Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa (A Coruña, 16 de septiembre de 1851-Madrid, 12 de mayo de 1921), no solo fue una precursora del feminismo, sino también una de las pioneras en la promoción del turismo en la propia isla grovense.

Las visitas a la parcela de los "fariñeiros" son continuas. FdV

Lo fue, por ejemplo, dando a conocer al mundo, en 1899, la leyenda que habla de un burro enfermo cuyo propietario abandonó en la isla para que pasara sus últimos días. Aunque, milagrosamente, acabó sanándose, después de retozar y bañarse en los fangos y aguas termales del territorio insular. 

Una parcela que podría costar más de veinte millones de euros


La parcela de 12.000 metros cuadrados que ocupan los burros “fariñeiros” podría valorarse en más de 20 millones de euros, en el inviable supuesto de que pudiera llegar a venderse para ser urbanizada.

En 2011, cuando llegaron los animales, ya se explicó que el último terreno vendido anteriormente en la isla costó unos cien millones de las antiguas pesetas, a pesar de que la superficie adquirida era de solo 600 metros cuadrados y de que no tenía, ni de lejos, una ubicación tan estratégica como la del terreno ocupado por los burros.

Es decir, que si se le aplica la subida del IPC, se añade una estimación por la revalorización del suelo y se tienen en cuenta otros parámetros inmobiliarios, los expertos en promociones inmobiliarias creen que la parcela de los burros podría pagarse a unos 1.600 euros por metro cuadrado, como poco.  Es decir, unos 20 millones de euros por un terreno en una zona residencial donde tienen propiedades alguno de los personajes más ricos de España y del mundo

Aquello permitió descubrir sus propiedades mineromedicinales y balneoterapéuticas, que desde entonces no han dejado de explotarse en los hoteles y balnearios de la isla.

La llegada de Emilia y Pardo a su parcela de A Toxa, en 2011. FdV

Gran Hotel La Toja

Fue en el balneario del emblemático Gran Hotel La Toja y en los paseos por el Monte Central de la isla, en el que se asienta la parcela de los burros, donde la condesa de Pardo Bazán se enamoró de A Toxa, que contribuyó a promocionar desde su condición de noble, novelista y periodista.

Asistentes a la presentación del proyecto de los burros "fariñeiros", en 2011. FdV

La también ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante es, en consecuencia, una de las embajadoras de la isla y de O Grove.

De ahí que este año, cuando se cumple el primer centenario de su fallecimiento, su recuerdo parezca estar más presente que nunca en el Parque Forestal del Monte Central, un inmenso pinar recorrido por serpenteantes senderos que constituye el elemento más característico de una parcela urbanísticamente conocida como Z-14, de 210.000 metros cuadrados.

Los padres acercan a sus hijos a conocer a lo burros de A Toxa. FdV

Es a la entrada de esa gran zona verde, justo delante del puente que accede a la isla, donde está la finca que ocupan esos animales, de la especie “Equus asinus”, conocidos en Galicia como “fariñeiros”.

Es así desde que en 2011 el Concello de O Grove quiso ayudar a proteger la amenazada especie alojando en la lujosa parcela a dos de ellos, “Emilia” y “Pardo”, eligiéndose esos nombres a modo de homenaje a la escritora y naturalista autora de obras como “Los Pazos de Ulloa” (1866) y el artículo periodístico titulado “La vida contemporánea”, publicado por la literata en la revista “La ilustración artística” y convertido en testimonio fiel de los orígenes de la isla, la leyenda del burro y los comienzos de O Grove como destino termal y turístico.

La portada de la revista en la que Emilia Pardo Bazán escribió de A Toxa y niños ofreciendo hierba a los burros de la isla. FdV

Aquello era solo el comienzo, ya que desde entonces no dejó de hablarse tanto del burro como de las potencialidades termales y balneoterapéuticas de A Toxa, hasta convertirla en la isla estandarte del turismo en Galicia.

Una joya de la comunidad en la que, como queda dicho, desde 2011 se desarrolla un proyecto para salvar a la amenazada especie de los burros “fariñeiros”, antiguamente usados en Galicia para trasladar el maíz a los molinos y, desde ellos, regresar a sus casas cargados de harina; “fariña” en gallego, de ahí su nombre.

Foto de archivo de escolares recibiendo explicaciones sobre los hábitos de los burros y sus necesidades. FdV

Se convirtieron pronto en una referencia turística

A pesar de cierta polémica inicial, sobre todo vinculada a cuestiones políticas, la llegada de los burros “Emilia” y “Pardo”, a manos de la concejalía de Medio Ambiente de O Grove, se convirtió en todo un acontecimiento dentro y fuera del municipio, de ahí que las visitas a su parcela no dejaran de multiplicarse.

Los grovenses querían ver de cerca aquellos animales de los que tanto se hablaba desde que FARO DE VIGO anunció su llegada, y los turistas tampoco dejaban de asombrarse con ellos, sobre todo quienes nunca antes habían estado tan cerca de unos cuadrúpedos así.

Una imagen tomada esta misma semana en la parcela de los burros. FdV

A pesar de las críticas y burlas de algunos, pronto se confirmó que los burros se habían convertido en un fenómeno social, sobre todo entre la población infantil, ya que a los niños que acudían con sus familias a verlos, cada vez en mayor número, se sumaban numerosos centros educativos de toda Galicia que organizaban excursiones para conocer y estudiar a los animales.

Muchos de ellos lo hacían, hasta la llegada de la pandemia, aprovechando para visitar el espacio de fantasía conocido como Aldea Grobit, que se sitúa a escasos metros.

Unidades didácticas en los colegios

Los hubo que incluso incorporaron a sus programas de estudio unidades didácticas relacionadas con los burros “fariñeiros” y la vinculación de Emilia Pardo Bazán con ellos y la isla.

Aquel fenómeno social se consolidó un lustro después, cuando tras sufrir algún aborto, “Emilia” parió a su primera cría, a la que se bautizó con el nombre de “Bazán”, para reforzar así esta saga con la que se homenajea a la novelista y naturalista Emilia Pardo Bazán.

Escolares en la parcela de los burros (archivo). FdV

Hace poco más de un año la familia volvía a crecer. Nacía un nuevo borrico al que se puso el nombre de “Blanca Bazán II” para seguir recordando así la vida y obra de la poetisa, que se casó a los dieciséis años de edad con José Quiroga y Pérez Deza y de cuyo matrimonio nacieron Jaime (1876), Blanca (1879) y Carmen (1881).

Una niña y su madre observan a dos de los animales. FdV

El Padre Sarmiento y Francisco Meis

“Se ha querido poner esos nombres a los burros en honor a la escritora; la novelista autora de uno de los relatos que más caló en las generaciones posteriores de grovenses, junto con otro del Padre Sarmiento (el de la higuera) que nos identifica desde el siglo XVII como mecos”, explica el historiador y técnico municipal de Medio Ambiente, Francisco Meis, quien en alguna ocasión escribió en FARO DE VIGO sobre la vinculación de Emilia Pardo Bazán y la isla meca.

Foto tomada ante la parcela de los burros, situada justo en la entrada de la isla. FdV

Artífice de los proyectos de recuperación de los “fariñeiros” y de la Aldea Grobit, junto al exconcejal galeguista Alfredo Bea, y encargado de mantenerlos y reforzarlos en los últimos años, al lado de la edil socialista Ángeles Domínguez, Francisco Meis añade que “la de los burros es una leyenda de reciente creación, si la comparamos con la referida a la ‘Higuera del Meco’, pero juntas muestran una identidad cultural única y una memoria colectiva que nos define y concibe de forma diferente”.

Los burros "fariñeiros" de A Toxa. M.M.

En un mandato anterior de José Cacabelos

En el ejecutivo local, dirigido por José Cacabelos, que también era alcalde cuando Bea era su socio de gobierno y presentó el proyecto original de los burros, son conscientes de la importancia de esa parcela de “fariñeiros” y del tirón que ejercen, desde un punto de vista turístico y cultural. 

Esta Semana Santa, si cabe, con mayor significación, dada la referida conmemoración del centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán y la celebración del Xacobeo.

Francisco Meis acaricia a "Emilia" el día que llegó a la isla, en septiembre de 2011. FdV

Así lo destacan en el Concello, donde aseveran con orgullo que “cada vez son más las familias que nos visitan y se acercan a la isla para conocer a los burros ‘fariñeiros’ y a ‘Maya’, una burra a la que sus dueños no podían seguir criando y que hemos incorporado a esta parcela para que pase los últimos años de su vida”. 

Emilia Pardo Bazán. FdV

Una naturalista, feminista y poetisa enamorada de la isla

Ha pasado un siglo desde la muerte de Emilia Pardo Bazán. Una feminista, naturalista y escritora que contribuyó a que una localidad como O Grove pueda ocupar el privilegiado lugar que ocupa en la actualidad entre los principales destinos turísticos de España.

Y es que esta periodista, editora y novelista estaba realmente enamorada del municipio y su entorno, tal y como se deduce de sus publicaciones.

Los niños de un colegio en una visita a la parcela de los burros (archivo). FdV

No está de más recordar que hablaba de A Toxa como “una isla en la ría de Arosa cuya galanura y belleza se han hecho proverbiales ya en España”. 

Explicaba a sus lectores que “solo existen verdaderas rías en el país gallego”, entendiendo éstas como “brazos de mar que al internarse en la tierra reciben mezcla de agua dulce”.

“La Toja es una isla en la ría de Arosa cuya galanura y belleza se han hecho proverbiales ya en España”

Emilia Pardo Bazán

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Abundaba en esto al escribir que “a dos pasos de la brava costa, donde el airado océano rompe sus espumas, cerca de la terrible playa de La Lanzada, con sus olas gigantes, se tienden y culebrean las suaves rías, mansas y halagadoras, entre doble festón de pinares y de rientes campos de vid y maizales, con playas coquetonas y ensenadas diminutas teñidas por el rosa fugaz de las nubes”.

Una vista aérea de A Toxa (archivo). La flecha marca la ubicación de la parcela de los burros. Iñaki Abella

De las islas que “salpican caprichosamente el curso de las Rías Bajas”, Emilia Pardo Bazán decía, refiriéndose a la de A Toxa, en 1899, que "fue hasta no hace mucho un islote abandonado y desierto, donde no se alzaba ni rastro de humana vivienda”.

"Cerca de la terrible playa de La Lanzada, con sus olas gigantes, se tienden y culebrean las suaves rías, mansas y halagadoras, entre doble festón de pinares y de rientes campos de vid y maizales, con playas coquetonas y ensenadas diminutas"

Emilia Pardo Bazán

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Lo hacía para describir cómo se descubrieron “los maravillosos manantiales que brotaban en su suelo”, aclarando previamente que, “cuando en Andalucía quieren expresar la aridez y ruindad de un predio, dicen que sólo sirve 'para revolcadero de un burro". Y “en La Toja se reconoció el tesoro que la isla contenía por haber servido de revolcadero de un burro, precisamente”.

"El Grove, aldeíta de la costa fronteriza"

De este modo aludía a la leyenda que cuenta que “en El Grove, aldeíta de la costa fronteriza, un aldeano poseía un borrico tiñoso, tan pelado y tan cubierto de costras y mataduras que daba horror. Apiadado su dueño, no queriendo matarle, le abandonó en la isla, y grande fue su asombro al encontrar, a la vuelta de algún tiempo, un rucio sano, gordo y sin mácula".

"Al ver que el hombre enfermo se curaba igualmente, descubiertas quedaban las virtudes de estos barros"

Emilia Pardo Bazán

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Aquel hombre se percató de que el borrico “tenía costumbre de revolcarse en cierto charco fangoso, donde surtía un chorro de agua hirviente”.

Los burros "fariñeiros" de A Toxa, observados de cerca por escolares. (Archivo) FdV

Y así, “de este descubrimiento a ensayar el remedio en un ser humano poco va; y al ver que el hombre enfermo se curaba igualmente, descubiertas quedaban las virtudes de estos barros”, sentenciaba Emilia Pardo Bazán.

Quien en “La ilustración artística” advertía de que los peloides o fangos termales de la isla, en “el país de los grandes manantiales minerales (Galicia)”, no tenían nada que envidiar a los de otras regiones de Europa.

La Aldea Grobit, a escasos metros de la parcela de los burros. FdV

Cuando escribía aquello nadie podía imaginarse la revolución turística que estaba por llegar a aquella isla que comparaba con un diamante y "la crisálida en su capullo”; un lugar donde “no se oye hablar ningún idioma extranjero”.

A lo que añadía: “Aquí no vienen ni portugueses; de Madrid poca gente; de las provincias españolas casi ninguna”. Aunque ya vaticinaba: “No sé lo que sucederá si algún día se hacen famosos los baños de la isla. Temo que no haya barro suficiente”.  

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