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Madrinas y padrinos, fieles a sus ahijados

Herminia Castromán muestra algunos de los huevos de chocolate que vende en su pastelería. Iñaki Abella

La Pascua del año pasado fue la más atípica que recordarán los ahijados. En pleno confinamiento, los que recibieron algún regalo de sus madrinas y padrinos lo hicieron a través de los servicios a domicilio que panaderías y pastelerías pusieron en marcha para llevar a casa los típicos dulces de Semana Santa. “La verdad es que algo vendimos. Ya no hicimos monas, pero roscas y huevos sí”, recuerda Roberto García Castromán, de Pastelería Yoli, una empresa con varios establecimientos en Vilagarcía.

La Pascua es temporada alta en este sector, y tras el parón de la de 2020, ahora se ha podido recuperar la actividad frenética típica de estas fechas. “Este año la gente está más animada y se está vendiendo bastante bien; yo creo que los padrinos y madrinas están comprando igual que antes de la pandemia”, opina el pastelero. “En determinados casos a lo mejor si antes cogían un huevo de 40 euros ahora eligen uno de 30, pero siguen regalando”, añade.

Las monas de Pascua son muy variadas. | // IÑAKI ABELLA

Por tanto la tradición de Pascua aguanta el tipo pese a la tormenta del COVID. En algunos obradores llevan trabajando semanas en horario de mañana y tarde para que los huevos y monas de chocolate estuviesen elaborados a tiempo para exponerlos durante la Semana Santa en las tiendas.

Domingo, el día de más ventas

Es el caso de Yoli, donde las ventas comenzaron el Domingo de Ramos de forma puntual y ayer, Jueves Santo, cogieron más ritmo. “Viernes y sábado también se prevén días fuertes, pero generalmente es el domingo cuando más se vende”, comenta García Castromán.

Un millar de composiciones

En esta empresa familiar se han hecho alrededor de 700 huevos de chocolate de todos los tamaños, además de unas 300 monas, aproximadamente. De roscones, tanto redondos como trenzados, ya no llevan la cuenta. “Es lo que más sale estos días. Las hacemos muy jugosas, con un largo proceso de fermentación que puede durar ocho o nueve horas entre los tres fermentados; todo es artesanal”, defiende Roberto García.

Su madre, Herminia Castromán, apunta que para los ahijados lo que más se vende suelen ser los huevos de chocolate (todos traen una sorpresa). También hay balones de fútbol (con el escudo de los principales equipos) elaborados con chocolate con leche y blanco.

Otro postre que la Pastelería Yoli solo hornea en estas fechas son las roscas Niza, hechas a base de masa de cruasán, rellenas de crema y decoradas con almendra. “A mí es lo que más que gusta de todos”, confiesa Roberto.

Más peticiones de chocolate negro, pero aún es minoritario

Las monas y huevos de Pascua se elaboran mayoritariamente de chocolate con leche, aunque también con blanco o negro. “Cada vez se pide más chocolate negro porque es más sano, pero para ahijados de una cierta edad, ya que a los niños no les suele gustar”, apunta Roberto García.

Recuerda que su padre (“un entusiasta de todo esto que elabora sus propios bombones artesanos”) invirtió hace unos años en unas máquinas para atemperar el chocolate. “Es como una fuente de la que sale un chorro de chocolate”, compara el pastelero.

Los precios de los huevos se mantienen sin cambios, igual que los demás postres de Pascua. El más barato puede comprarse por 4,75 euros y el más caro por 45, independientemente del tipo de chocolate. Las monas oscilan entre los 25 y los 90 euros, y las roscas se venden a 14 euros el kilo. La Niza, a 18. Con respecto a los balones de fútbol de chocolate con leche y blanco, hay dos tamaños: de 17 euros y de 35.

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