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La caída de natalidad merma la matrícula en los colegios y algunos reducen plazas por el COVID

Araceli Silvariño, maestra responsable de la escuela unitaria de Aralde-Sobrán.

En 2018 nacieron en Vilagarcía 228 bebés, 53 menos que el ejercicio anterior. Esos niños hoy tienen entre 2 y 3 años y la mayoría empezarán el colegio en septiembre (la etapa de Educación Infantil no es obligatoria). Esa caída de natalidad ha influido en la reserva de plazas para el próximo curso, ya que la mayor parte de los centros de Vilagarcía consultados por este periódico han experimentado un descenso -en mayor o menor medida- en la demanda de matrícula.

Los concertados

Algunos, como el Sagrada Familia (Filipenses), incluso han ofertado menos vacantes de las habituales para garantizar un mayor distanciamiento entre los alumnos con motivo de la pandemia, pues este colegio concertado prevé que el próximo curso continúen vigentes los protocolos COVID en las aulas.

La directora apunta que aunque en Infantil los escolares no se sientan en mesas individuales, esa mayor amplitud permitirá que los grupos estén más separados. El periodo de admisión se cerró ayer y de las 45 plazas ofertadas (en lugar de 50) para las clases de 3 años se cubrieron 42 en este colegio situado en Vista Alegre. Por tanto entrarán todos los solicitantes sin necesidad de baremar.

El otro centro concertado de Vilagarcía, también ubicado en el corazón de la ciudad, estima que el próximo curso recibirá a una veintena de alumnos de nuevo ingreso en Infantil, si bien ayer a mediodía había dieciocho confirmados. Al igual que las Filipenses, el San Francisco también se mantiene en niveles de matriculación similares al del año pasado.

Un padre con su hijo en el patio de la unitaria de Aralde. Noé Parga

No ocurre lo mismo en otros colegios del casco urbano. En el CEIP Arealonga la demanda ha caído de los doce alumnos actuales en la etapa de 3 años a siete que habrá el próximo curso. También en el vecino CEIP A Lomba iniciarán su escolarización menos niños (“dos o tres menos”, cifran); no obstante porcentualmente el descenso es mucho menor, ya que estamos hablando de un colegio de tres líneas (el Arealonga es de una).

La Escuela de Educación Infantil Vagalume, también emplazada en el complejo escolar de A Lomba, no es ajena a la disminución generalizada de matrícula. En septiembre empezarán en cuarto de Infantil 25 pequeños, tres menos que los 28 que están ahora en 3 años. Desde el colegio confían en alguna que otra inscripción de última hora o incluso fuera de plazo, pues si se quedase con 25 perdería una de las dos aulas.

En las parroquias la situación es similar. En Rubiáns se anotaron trece niños para el curso de 3 años, que son seis menos que los diecinueve que cursan ahora cuarto de Infantil. La mayoría de los inscritos son vecinos de Rubiáns o de Cea. “Se nota el bajón de natalidad”, valora la directora del CEIP.

Por su parte, en el colegio de Vilaxoán se presentaron veintidós solicitudes, la mitad de ellas para el primer curso de Infantil. “El año pasado fueron 18 y este 11”, indica el director, quien destaca que el vilaxoanés es un centro “muy atractivo” para las familias con niños con necesidades educativas especiales.

En el colegio de Carril ayer a media mañana todavía estaban pendientes de recibir varios impresos cubiertos. “Se pueden entregar por la sede electrónica, pero el 90% es presencial”, comentan desde el área administrativa. Debido a la pandemia de COVID, era necesario solicitar cita previa.

Salida ayer de la escuela unitaria de Aralde-Sobrán. Noé Parga

Las unitarias aguantan el tipo

Con respecto a las escuelas unitarias, de las cuatro que funcionan en Vilagarcía, este periódico logró contactar con tres.

La de Aralde es la más numerosa, actualmente con 22 alumnos. Teniendo en cuenta que se marchan once niños y entran seis, esta escuela rural se quedará con 17 niños, cinco menos que ahora.

En Guillán de 10 pasarán a 14, si bien el incremento real es de un alumno, puesto que tres solicitaron baja voluntaria en el actual curso y está previsto que regresen al centro educativo en septiembre.

La unitaria de Solobeira es la que se encuentra más justa de alumnado, aunque logrará mantener los siete de ahora, puesto que tres empiezan en Primaria y entran otros tres de 3 años.

Atendiendo a los datos oficiales de natalidad, el curso 2022-23 debería registrarse un mínimo repunte en la matriculación porque en 2019 nacieron 243 niños en Vilagarcía, quince más que en 2018.

El CEIP de Rubiáns aún continúa con el horario de entrada a las 9.50 horas

El CEIP de Rubiáns es el único colegio de Vilagarcía en el que sus alumnos entran casi a las diez de la mañana. Concretamente las clases comienzan a las 9.50 y terminan a las 14.50 horas. La directora sostiene que este horario no resulta nada atractivo para las familias; de hecho es uno de los motivos por los que este centro del rural no gana más alumnado. “Ya no tanto por la hora de salida si no de entrada, porque es muy tarde”, recalca la directora.

En 2019 esta problemática llegó al pleno de la Corporación municipal de Vilagarcía, cuando los grupos políticos acordaron solicitar a la Xunta un cambio de horario debido a los trastornos que causaba a la comunidad educativa. Pero la situación sigue exactamente igual que por aquel entonces. Con todo, la dirección del colegio de Rubiáns asegura que no tirará la toalla, y de hecho recientemente ha escrito a Educación para insistir en el tema. El motivo de este inusual horario se debe al transporte escolar.

La enseñanza en el rural, en auge: más tiempo al aire libre y menos alumnos

O bien esta semana o a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa los alumnos de la unitaria de Aralde se pondrán manos a la obra en el huerto del colegio para plantar tomates, lechugas, fresas, ... El tiempo que los alumnos pasan al aire libre y en contacto con la naturaleza suele ser mayor en las escuelas rurales que en las urbanas, uno de los acicates de las unitarias para mantenerse en funcionamiento.

Además de ese contacto con el medio ambiente, también la enseñanza más personalizada (son aulas menos numerosas) es otro de los factores que ayuda a los padres a decidirse por este tipo de centro educativo. En la mayoría de unitarias están juntos los niños de 3, 4 y 5 años, aunque en otras, como la de Aralde, los de 3 y 4 se encuentran en una clase y los de 5 en otra distinta.

Habitualmente la implicación de los padres que se reclama en la vida de la escuela suele ser mayor que en colegios más grandes en los que conviven las etapas de Infantil y Primaria.

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