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Abarrote en los municipios de la comarca de O Salnés

Sanxenxo durante la jornada de ayer. | // RAFA VÁZQUEZ

A lo largo de todo el día de ayer el centro urbano de Sanxenxo era un abarrote de gente, que llenaron terrazas, el paseo de Silgar y también hubo un buen número de bañistas que disfrutaron de los rayos de sol en la playa antes de regresar a sus lugares de origen.

Con la frontera portuguesa cerrada, los principales turistas extranjeros que acuden habitualmente en masa a Sanxenxo, en este puente no se han dejando ver.

De todas formas, desde el pasado jueves, la Guardia Civil intensificó los controles en las carreteras de acceso a las principales villas de las Rías Baixas para detectar infractores procedentes de fuera de Galicia.

La mayoría de las personas que acudieron a Sanxenxo eran de la comarca que aprovecharon la tarde de ayer para pasear por Silgar o Portonovo, pero otros muchos procedían de A Coruña y Ourense, la mayoría con segunda residencia en la villa turística de las Rías Baixas y que aprovecharon al máximo el puente.

El regreso en la tarde de ayer parecía el de los meses de verano con importantes retenciones en la PO-308 en dirección a Pontevedra.

Otros puntos de relax fueron la zona de A Lanzada y San Vicente do Mar con gran cantidad de gente paseando al lado del mar, por sus senderos y contemplando las acrobacias de los surfistas. También el paseo de Lourido congregó a centenares de personas, así como los paseos de costa de la comarca de O Morrazo. El rural fue otra opción, en menor medida. Esto dejó prácticamente vacía la ciudad de Pontevedra, con los bares en su gran mayoría, cerrados.

La ampliación de horario en la hostelería fue una buena noticia para todos, ya que la climatología invitaba a estar en una terraza hasta que se metió el sol.

La Policía Local también estuvo vigilando que se cumplieran las medidas de seguridad.

Los restaurantes que abrieron se vieron también beneficiados por esta “avalancha” de gente. La hostelería acoge con esperanza la llegada de la Semana Santa.

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