Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La planta de Nestlé en Pontecesures, ejemplo de gestión sostenible del agua

La factoría de Nestlé en Pontecesures, a orillas del Ulla.

La compañía Nestlé define a sus diez centros de producción en España como ejemplos de gestión sostenible del agua, ya que entre 2010 y 2020 logaron reducir su uso en casi cinco millones de metros cúbicos; quizás porque la empresa ha destinado siete millones de euros a mejorar sus instalaciones con este propósito.

Entre esas diez factorías vuelve a destacar la de Pontecesures, que junto a la de La Penilla de Cayón (Cantabria), ha experimentado un notable descenso en el uso de agua por tonelada de producto fabricado, con una reducción de cerca de un 83%.

Nestlé incide en ello diciendo que, mientras que en 2010 el uso de agua en la fábrica bañada por el Ulla era 16 metros cúbicos por tonelada de producto, ahora se sitúa en apenas tres.  

Las instalaciones de Nestlé Pontecesures. Iñaki Abella

Los nuevos circuitos de refrigeración

Parece que ha sido posible por la inversión antes referida, y más concretamente, gracias a la implementación de “circuitos cerrados con torres de refrigeración que sustituyen a los de un solo paso”.

Un ahorro anual equivalente al consumo diario de los barceloneses

En 2018 ya se avanzaba Nestlé Pontecesures estaba en el buen camino, pues había alcanzado ya el objetivo de ahorro de aguas que se había marcado inicialmente para 2020.

Prueba de ello es que, como se dijo entonces, la fábrica del Baixo Ulla ahorraba ya en un año el agua que consume Barcelona a diario.

La implantación a finales de 2016 del nuevo sistema de reabastecimiento a través de circuito cerrado permitía a la nave pontecesureña reducir un 62,4% el uso de agua por tonelada de producto fabricada al año siguiente.

Era el equivalente a un descenso de cerca de 200.000 metros cúbicos, que es “el consumo diario de todos los barceloneses”.

Con este mecanismo, instalado en la planta pontecesureña en 2016, “el agua permanece en un circuito cerrado que, mediante aerorefrigeradores, permite su reutilización constante sin necesidad de utilizar el agua del río, contribuyendo a mantener el caudal ecológico del mismo”.  

Todo esto se hace teniendo en cuenta que “el agua es un bien escaso que hay que cuidar”, sentencian en Nestlé, donde a las medidas introducidas en sus diez centros de producción sumaron “el desarrollo de acciones preventivas de mantenimiento, así como la realización de programas de sensibilización y formación entre los empleados”. 

Compartir el artículo

stats