Acompañado de David Castro, alcalde de Ribadumia, el delegado provincial de la Xunta, Luis López, visitó ayer el problemático aliviadero de Cabanelas, una de las grandes amenazas del río Umia por los constantes vertidos que realiza. El responsable de la Xunta volvió a incidir en una de las cuestiones mantenidas durante el encuentro que tuvo con el propio regidor de Ribadumia y el de Vilanova, Gonzalo Durán, que acabar con este vertido de la red de alcantarillado mancomunada cuesta un millón de euros y se ejecutará en seis meses aproximadamente.
"Estamos gestionando con Augas de Galicia la posibilidad de contar con un proyecto para la realización de esta inversión"
“Estamos gestionando con Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, la posibilidad de contar con un proyecto para la realización de esta inversión y que encajaría en el plan de saneamiento de la Xunta y complementar las actuaciones en esta materia en Cambados y Vilanova, que ya cuentan con financiación por importe de 5,5 millones de euros”, señala.
El delegado territorial reveló que las obras para el nuevo bombeo y colector de Cabanelas serían “una solución de calado y una mejora en el sistema de saneamiento de los más de 29.000 vecinos” de los tres municipios implicados, Ribadumia, Vilanova y Cambados. El proyecto, insistió López, consistirá en que las aguas residuales domésticas e industriales que llegan a Cabanelas no pasen por el colector de Barrantes gracias a un nuevo bombeo y canalizaciones.
Así se conseguiría que se derivasen de forma directa a la Estación de Augas Residuais (EDAR) de Ribadumia, con lo que se evitaría el colapso del sistema, ya cerca de su límite de capacidad, los vertidos y los problemas que estos causan aguas abajo, donde hay una captación de agua potable para la isla de A Toxa y los bancos marisqueros de O Sarrido.
