Diana y su padre, Carlos, al que muchos en O Grove conocen como “el encantador de gatos” –por su facilidad para acercarse a ellos e incluso cogerlos–, son dos de los vecinos que multiplican esfuerzos y realizan importantes desembolsos económicos para ayudar a los animales abandonados en las calles mecas; en su caso, con alrededor de sesenta ejemplares a su cargo.
Tanto al abrigo de la asociación O Jato Meco como de forma individual, unos y otros dan de comer a esos gatos callejeros, limpian las zonas en las que se encuentran habitualmente, los desparasitan e incluso los castran, para evitar una reproducción descontrolada de la especie.
A pesar de todos sus esfuerzos, parece que cada vez son más las colonias de felinos existentes, tanto en la zona portuaria, que es donde se encuentran en peor estado, como en Meloxo, Porto Meloxo, A Graña, Rasoeiro, Montiño, Rons y Villavella, explica la propia Diana.
"Queremos ayudar a los gatos y mantener en condiciones higiénicas dignas nuestras calles, siendo esto algo que debería hacer el Ayuntamiento”
También aclara que lo único que intentan es colaborar, en la medida de sus posibilidades, “tanto para ayudar a los gatos como para mantener en condiciones higiénicas dignas nuestras calles, siendo esto algo que debería hacer el Ayuntamiento”.
Algunos "se burlan"
Sabedora de que “no todo el mundo comparte este cuidado de los gatos callejeros”, e incluso de que algunos ciudadanos “se burlan” de quienes lo hacen, Diana reclama “un poco más de empatía” y defiende esta protección de los animales que practican “cada vez más personas de O Grove, ya que cada vez somos más los que estamos preocupados por el estado de las colonias”.
Después de “ocho o nueve años” cuidando gatos, explica que ella y su padre empezaron a hacerlo cuando una hembra recién parida “trajo tres crías a nuestro jardín, como si estuviera buscando ayuda”.
Ahora tienen muchos más, a los que se suman los que acuden por la noche buscando alimento y los que atienden en diferentes calles.
“Lo importante es que la gente se conciencie sobre la necesidad de colaborar, que respete a quienes ya hacemos lo que podemos para cuidar a los gatos y que colabore con la asociación O Jato Meco"
“Lo importante es que la gente se conciencie sobre la necesidad de colaborar, que respete a quienes ya hacemos lo que podemos para cuidar a los gatos y que colabore con la asociación O Jato Meco", manifiesta.
Llega a decir que, “si bien entre las nuevas generaciones se aprecia otra forma de pensar, aún queda gente que no está nada sensibilizada con esto, quizás por falta de conocimientos al respecto, por eso estaría genial que mostraran un poco más de empatía y respeto y también que el Concello se implicara en este tipo de acciones”.
Una asociación nacida hace un par de años para proporcionarles “una vida mejor”
La asociación O Jato Meco nacía hace un par de años “con la finalidad de intentar ayudar y proporcionar una vida mejor a los gatos callejeros de O Grove”.
Se daba el paso tras comprobar que “nadie hace nada ante situaciones penosas de abandono animal”, de ahí la necesidad de adoptar acciones “para intentar proporcionarles una vida mejor y minimizar los abandonos de felinos en nuestro pueblo”.
Es así como, a nivel colectivo o individual, muchos vecinos empezaron a adoptar medidas como la castración –45 solo durante el primer año–, tratando de regular la población de gatos ferales, y garantizarles una vida digna, ya sea alimentándolos, desparasitándolos u ofreciéndoles mejores lugares en los que resguardarse del frío.
Respecto a esto último, hay que recordar que el año pasado O Jato Meco también impulsó la instalación de casetas hechas con neumáticos en las que favorecer el abrigo de los animales, sobre todo en época de lluvias y bajas temperaturas.
Esas originales y cómodas viviendas felinas son idea de una colaboradora de la asociación, que nació tras impulsarse en O Grove una campaña de recogida de firmas con el fin de presionar al Concello y lograr la protección de los gatos callejeros “proporcionándoles una vida mejor” y “minimizando los abandonos”.
A estas acciones se suma la entrega en adopción de gatos callejeros; sobre todo crías.
