Se creó en 2016, a partir del embrión del que, por aquel entonces, se conocía como Grupo Municipal de Intervención Rápida (Grumir). Los trabajadores profesionales que en los años precedentes habían estado prestando sus servicios al Concello de O Grove acudieron a la vía judicial y lograron su objetivo, por lo que tuvieron que ser admitidos como empleados para formar parte de la plantilla municipal.
Así nacía el Servicio Municipal de Emerxencias e Protección Civil do Grove, no sin polémica política y con importantes dificultades.
Por el carácter de las sentencias favorables a los trabajadores, aquel departamento llegaba para quedarse, obligando al gobierno local a reestructurar la prestación de acciones de prevención, salvamento, rescate, colaboración ciudadana, protección civil y similares.
Han pasado cinco años y ahora parece ya plenamente consolidado, actuando de forma complementaria con departamentos o servicios como el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) del municipio vecino de Sanxenxo, Policía Local, Guardia Civil, Bombeiros do Salnés y 061.
Con partidarios y detractores, con aciertos y errores, Emergencias O Grove cumple un lustro de actividad como servicio profesionalizado.
El trágico episodio del Boramar"
La tragedia del catamarán “Boramar” fue, quizás, su gran prueba de fuego. Los efectivos de este departamento, en colaboración con otros muchos, tuvieron que emplearse a fondo en aquel terrible suceso que se saldó con una persona fallecida y medio centenar de heridos ocurrido a la altura de la isla de A Toxa.
Pero aquel incendio a bordo, el consiguiente naufragio y la evacuación de los heridos no fue, ni mucho menos, el único asunto de calado en el que fue precisa la participación de Emergencias O Grove durante los últimos años.
Tuvo que intervenir en otros muchos accidentes tanto marítimos como de circulación, ya fueran colisiones, salida de vías, atropellos o de cualquier otra índole.
Incendios y cadáveres, en la costa o a la deriva
Eso sin olvidar la búsqueda de personas desaparecidas y náufragos, junto a la recuperación de cadáveres, tanto de ciudadanos (muertos en tierra firme o en el mar) como de cetáceos varados en la costa o bien a la deriva, en diversos puntos de la ría.
Los incendios forestales, urbanos e industriales también ocuparon a este servicio, al igual que las inundaciones y, lógicamente, las tareas de prevención, desinfección y similares relacionadas con la pandemia del COVID. No menos destacada resultó su participación en procesiones y desfiles de todo tipo, fiestas como las de carnaval o Reyes, la recuperación de objetos a la deriva o la lucha contra la avispa asiática.
"Desde el 1 de enero de 2016 quienes se encargan de cubrir las emergencias u operativos en O Grove somos los miembros del Servicio Municipal de Emergencias y Protección Civil"
Violencia de género y acciones preventivas
En los últimos cinco años los efectivos de Emergencias incluso tuvieron que intervenir para colaborar con las fuerzas del orden en casos de violencia de género, además de ocuparse del saneamiento de parques y jardines, por ejemplo, mediante la poda o tala de árboles.
Junto a todo esto, y sin dejar de destacar la trascendencia de su unidad de salvamento marítimo, puede citarse la acción preventiva desplegada por Emerxencias O Grove, especialmente en el caso de la técnica de reanimación cardiopulmonar y manejo de desfibriladores.
También el reparto de alimento entre las familias necesitadas forma parte de sus quehaceres, al igual que la colaboración en pruebas deportivas y la lucha contra los vertederos incontrolados y los vertidos de sustancias fecales o industriales en la ría de Arousa.
El control de playas es otra de sus misiones, tanto en lo referido a las acciones de socorrismo propiamente dichas como en lo concerniente al control de amenazas de todo tipo, como la que puede representar la carabela portuguesa.
Es por todo esto que hace unos días, desde Emergencias O Grove hacían constar a través de las redes sociales que “este proyecto, que comenzó lentamente”, es “una apuesta acertada” que, “con el paso del tiempo avanzó hacia una profesionalización y mejora notable”, convirtiéndose en “un claro ejemplo de que, en materia de emergencias, los gastos son inversiones necesarias”.
Los orígenes del departamento
Fue en marzo de 2016 cuando José Antonio Álvarez, conocido como “Patako”, se presentaba en sociedad como nuevo jefe coordinador del Servicio Municipal de Emergencias, recordando que tanto él como sus compañeros de departamento habían denunciado judicialmente su situación laboral.
Tras conseguir el objetivo de que se obligara al Concello a contratar como trabajadores a quienes habían sido miembros del Grupo Municipal de Intervención Rápida (Grumir), José Antonio Álvarez quería dejar constancia ante la opinión pública que "desde el 1 de enero de 2016 quienes se encargan de cubrir las emergencias u operativos en O Grove somos los miembros del Servicio Municipal de Emergencias y Protección Civil; nosotros nos ocupamos de atender las diferentes incidencias y eventos de nuestra localidad”.
Mejor servicio y más formación
Días después, el propio José Antonio Álvarez Domínguez se daba a conocer en FARO DE VIGO diciendo que iba a encargarse de coordinar el servicio “para que ofrezca totales garantías a los ciudadanos y logre el mejor funcionamiento posible”, disponiéndose, igualmente, a “ampliar las horas de formación internas para tratar de mejorar cada día más la formación y capacidad de los integrantes de este servicio, para que podamos prestar siempre la mejor atención posible a nuestros ciudadanos”.
El coordinador del Servicio Municipal de Protección Civil y Emergencias de O Grove, detallaba que el equipo estaba formado por una decena de personas y pronto serían trece, es decir, los mismos profesionales que después de anularse las ayudas para renovar Grupo Municipal de Intervención Rápida (Grumir) habían denunciado al Concello y consiguieron que la Justicia les diera la razón, por despido improcedente, obligando a la Administración local a readmitirlos como trabajadores.
José Antonio Álvarez Domínguez también anunciaba a través del decano de la prensa nacional que se establecerían turnos de 24 horas “con un mínimo de dos personas en cada turno, aunque habrá días de tres y cuatro efectivos, dependiendo de las necesidades de cada jornada”.
De este modo lanzaba un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos mecos, pues si bien aquello, en la práctica, suponía la desaparición de la agrupación de voluntarios de Protección Civil, lo que se pretendía era “impulsar una reorganización y mejora del servicio, optimizándolo al máximo para garantizar siempre su calidad”.
