Los vecinos de Vilariño pretenden acometer mejoras en la parte nueva del cementerio parroquial, y contarán para ello con apoyo económico del Concello de Cambados. Los concejales de Obras, Samuel Lago, y Economía, Xurxo Charlín, se reunieron ayer al mediodía en el camposanto con los vecinos, para hablar de las obras que se pretenden ejecutar.

La principal es relativa al pavimentado de los pasillos con planchas de piedra. El actual firme es de tierra y gravilla, y se encharca mucho, de ahí que los vecinos quieran darle una solución definitiva a este problema. Dado que la actuación tendrá un coste económico elevado, los vecinos crearon una asociación de usuarios del cementerio y solicitaron el respaldo económico de la administración local.

Los vecinos crearon una asociación para poder gestionar las obras en el camposanto

La obra tendrá un presupuesto de unos 63.000 euros, de los cuales los vecinos aportarán unos 13.000. El Ayuntamiento pondrá los 50.000 restantes. El concejal de Obras, Samuel Lago, explica que se trata de una subvención nominativa a nombre de la asociación de usuarios, y que se repartirá en sendas aportaciones de 25.000 euros tanto para este año como para el próximo.

Permiso de Patrimonio

Los responsables municipales señalan que ahora hay que dirigirse a la Dirección Xeral de Patrimonio para que autorice la obra, que también servirá para arreglar el alumbrado público. Otra de las actuaciones que han sido demandadas por los vecinos es la mejora estética de la zona donde están los contenedores, y que se encuentra a la entrada del cementerio. Estos se apartarán unos metros hacia un jardín existente en la zona.

Xurxo Charlín ha planteado a su vez que la partida de 50.000 euros en dos anualidades para el cementerio figurará en los presupuestos de 2021, que el grupo de gobierno ha presentando esta semana a las formaciones de la oposición.

En el pasado mandato, el Concello de Cambados inició gestiones ante el Arzobispado para que la administración local asumiese el mantenimiento del cementerio de Santa Mariña Dozo, a cambio de que la administración religiosa cediese la titularidad de los terrenos. Pero la Iglesia se negó a esta posibilidad, y aportó la alternativa de una cesión temporal, que no parece convencer al Concello.