Puede que aún queden un par de semanas para completar la obra, pero al menos ya se ha retomado la circulación rodada en la avenida de Beiramar.
Sometida a obras desde hace meses, se está convirtiendo en la nueva circunvalación de la villa meca, por lo que contribuirá a reducir la presencia de vehículos por otras calles del centro urbano.
Una vez completadas las tareas de dotación de aglomerado asfáltico, ayer se reabrió al tráfico, aunque solo fuera parcialmente, ya que los operarios y la maquinaria pesada siguen muy presentes en la zona, tratando de completar el proyecto.
Es por ello que solo se podía circular con el sentido original de esta calle, es decir, desde las inmediaciones del puente de A Toxa, donde Beiramar confluye con la calle Castelao, hacia la estación de autobuses y el puerto de O Corgo.
Doble sentido
En cuanto se complete el proyecto, ese trazado dispondrá de doble sentido de circulación, por lo que también será posible abandonar la villa meca a través de Beiramar, avanzando hacia el puente de A Toxa.
Ni que decir tiene que además de completarse el asfaltado se procedió a la reposición de todas las canalizaciones subterráneas, tanto de saneamiento como de abastecimiento de agua y separación de pluviales.
El abastecimiento
Esta acción resulta de vital importancia para los ciudadanos. Sobre todo en el caso del abastecimiento, ya que las tuberías estaban completamente podridas y rompían en esa zona con demasiada frecuencia, sometiendo a los vecinos a demasiadas situaciones de desabastecimiento.
El proyecto incluye la reposición de aceras, para que sean más anchas, cómodas y seguras para los peatones.
Precisamente acabar esas acera es una de las labores a completar ahora que ha vuelto el buen tiempo y parece posible recuperar lo que se ha perdido a causa de los temporales durante la ejecución de la obra.
La empresa Marconsa, que redobló esfuerzos para acelerar estas labores y terminar la circunvalación este mes, también se ocupa de acondicionar las tapas de registro del las tuberías que se sitúan en la calzada, al igual que se va a afrontar la señalización horizontal, en la que se incluye el pintado de los pasos de peatones; algunos de ellos provistos de badén.
También resta por modificar la instalación del alumbrado público y algún que otro fleco o detalle menor. Pero lo cierto es que ya puede apreciarse claramente cómo será la nueva imagen de la fachada litoral de la villa grovense.
El resultado, en palabras del alcalde, José Cacabelos, es propio de “un pueblo moderno, adaptado al futuro, dotado de todo tipo de comodidades y pensado para proteger a los peatones”.
