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Concepción San Martín del Barrio | Médico-Dietista

“Se puede adelgazar sin sacrificar ni la salud ni una nutrición equilibrada”

La médico-dietista deja claro que cada dieta debe ser personalizada para ser efectiva. | // FDV

Hoy se celebra el Día Mundial de la lucha contra la obesidad. Una batalla que viene de antiguo, pero que en tiempos de pandemia y confinamiento ha adquirido una trascendencia mayor. La ingesta de un mayor número de alimentos con exceso de calorías, sumado a un sedentarismo galopante en muchos casos, han sido factores determinantes en el aumento de peso de muchas personas.

Acerca de la peligrosidad que los hábitos poco recomendables pueden suponer, existen voces autorizadas como las de Concepción San Martín Del Barrio, médico-dietista de la Clínica Ince de Vilagarcía y que pone en valor la educación alimenticia como mejor herramienta para prevenir los problemas derivados de la obesidad

Enemiga declarada de las llamadas dietas milagro o de los ayunos intermitentes, Concepción San Martín defiende que no es necesario pasar hambre para adelgazar, basta con ponerse en manos expertas.

–La obesidad es algo que ha tomado un cariz más que preocupante en los últimos tiempos. La pandemia parece haber multiplicado los efectos.

–Creo que se ha acelerado todo lo relativo al aumento de peso con la pandemia y el tiempo de confinamiento. La gente ha estado en casa mucho más tiempo del que quisiera y a muchos se les ha dado por cocinar, por lo que la mayor parte de la gente ha ganado peso.

–Y ahora vienen las prisas por recuperar la figura.

–Sí, pero no hay que hacer dietas milagro. Soy médico y lo primero que defiendo es la salud. Está claro que ahora todos quieren adelgazar o poner la analítica bien después de los últimos resultados. Sin embargo, lo más importante es que la gente adquiera hábitos nuevos.

–¿Por ejemplo?

–El ejercicio es uno de ellos, pero no todo el mundo puede hacer el mismo tipo de ejercicio, pero sí todo el mundo puede hacer ejercicio. Estar en el peso es una gran medicina preventiva porque muchas enfermedades están relacionadas con la obesidad. Lo primero que te dicen nada más ir al médico por el problema que sea es que tienes que adelgazar. Y se puede adelgazar lo necesario con unas pautas en las que no se vea sacrificada ni la salud ni una nutrición equilibrada.

–¿Qué tiene que decir a eso de las llamadas dietas milagro o el veganismo y demás corrientes actuales y con no pocos seguidores?

–Estoy en contra de las dietas vegetarianas o veganas. Es como querer tener todo los ojos azules cuando los tenemos del color que los tenemos. Cada cuerpo tiene unas necesidades y hay que cubrirlas. No puede ser que por seguir una moda nos lleve a unas carencias que afecten a nuestra salud. Al igual que aquellos que optan por los ayunos intermitentes. No se puede jugar con eso de pasar horas sin comer para luego atiborrarse. No hace mucho tiempo hicimos un trabajo con alumnos del IES A Xunqueira de Pontevedra y se demostró que se puede bajar entre 10 y 15 kilos en un curso escolar con unas dietas personalizadas y que cambiábamos semanalmente sin necesidad de pasar hambre.

–Está claro entonces que la fortaleza mental de cada uno es la mejor herramienta para cambiar los hábitos de alimentación.

–De la fortaleza mental, en mi caso, ya me encargo yo. Para ello hacemos un seguimiento semanal con varias consultas. Es básico hablar con la persona y saber como va siendo su adaptación a las pautas que se le marcan. A veces se dan cuenta de distintas maneras de preparar la comida y ellos mismos se sorprenden de los resultados y terminan comiendo mejor.

La doctora subraya que las dietas deben ser controladas y personalizadas.

“Puede haber un componente genético en la obesidad, pero lo que más hay son malos hábitos familiares”

–Ahora que las restricciones se van aliviando, ¿se percibe un interés mayor por reducir peso?

–Yo creo que la gente sigue todavía muy asustada por la enfermedad. Todavía no percibo mucha preocupación porque todavía hay una prioridad mayor en la que focalizar la atención y evitar los riesgos de contagio. Incluso yo misma trato de controlar las consultas personales, que no la atención vía telefónica.

–Lo cierto es que en los últimos tiempos lo healthy parece estar muy en boga.

–Sí, pero tiene que estar médicamente controlado. El ejercicio siempre es bueno en su justa proporción porque, por ejemplo, yo no le voy a pedir a una señora de 70 años que haga una maratón. Si quiere ir a un gimnasio y hacer algo de mantenimiento ya estaría muy bien, pero ahora la gente está muy reticente a compartir espacios. Lo más importante es que tienes que adaptar la dieta a la persona. Se darán cuenta que no les va a faltar de nada. Van a poder tomar de todo y nunca les mido la cantidad de comida. Les doy cantidad de comida libre y nunca pasan hambre. Se trata de mantener un ritmo constante y nada de sacrificar la salud por el peso.

–La concienciación por evitar el sobrepeso incluso se ha hecho notar en el IVA de las bebidas azucaradas.

–Vaya por delante que yo también soy anti-refrescos, pero lo que no puede ser es irse a los extremos porque al final tampoco son buenos. Si una persona que está en su peso, o sin estarlo, se quiere tomar un refresco de manera puntual no pasa nada.

–¿Hay algún componente genético en términos de obesidad o todo responde a un desorden alimentario adquirido?

–Puede haber un componente genético en algunos casos, pero lo que más hay son muchos malos hábitos familiares. Hay casas en las que se come de manera poco saludable y eso es algo que se va transmitiendo a los hijos.

“No hay pastilla milagrosa que se lleve la grasa”

–¿Existe un parámetro para determinar el paso de sobrepeso a obesidad?

–El índice de masa corporal no miente. Si una persona está por encima de un 30 en sus valores se puede decir que padece de obesidad.

–La cirugía también parece haber avanzado mucho en los últimos tiempos a la hora de poner cura a este problema.

–Es cierto, pero no deja de tratarse de un último recurso para obesidades muy extremas. Se debe apostar primero por educar la alimentación y con eso se puede conseguir evitar la cirugía. Un señor conmigo bajó 75 kilos, pasó de 150 a 75 kilos. Además tengo muchos pacientes que bajaron 50 kilos y que se mantienen. Bajar 2 kilos al mes es lo que se recomienda, pero también los hay que bajan el doble o casi porque cada cuerpo también responde de diferente manera.

–Y a aquellos que toman complementos o quemadores de grasa para potenciar la pérdida de peso, ¿qué les diría?

–Que no vale absolutamente de nada. Eso siempre tiene un efecto rebote muy grande y también riesgos a nivel importante. No existe la pastilla milagrosa que actúa de lavavajillas y se lleva la grasa. Eso solo sirve para engañarse a uno mismo. Hay mucha gente que tras sufrir problemas se va a Urgencias y lo primero que le preguntan es que suplemento o pastillas se ha tomado.

–Otra cuestión que no conviene pasar por alto es la relativa al aumento de casos de obesidad infantil.

–Es algo muy preocupante y cada vez más. A veces, y al igual que muchos adultos, los niños se refugian de los problemas en la comida. Si están nerviosos o estresados se refleja en muchos casos en una ingesta compulsiva. Es importante que puedan hacer deporte y jugar porque eso también les equilibra.

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