El malestar de varios vecinos por la ubicación elegida para colocar el compostero comunitario de O Barnal ha llevado al Concello de A Illa a paralizar, por el momento, la instalación que se inició la pasada semana. Ese malestar le fue transmitido por los vecinos al regidor isleño, Carlos Iglesias, que, ante la ampliación del plazo de la obra por parte de la Diputación hasta el 31 de julio, ha decidido analizar las posibles problemáticas que puedan sufrir los cinco depósitos.

“Nos vamos a tomar unos días para comprobar cuáles son los problemas que pueden tener, ver como solucionarlo, y continuar con el proyecto”, explicaba ayer. En concreto, en la zona de O Barnal las quejas llegan por parte de vecinos que “no estuvieron presentes en las reuniones y desconocían cual iba a ser la ubicación definitiva, por eso vamos a ver qué y cómo se puede hacer”.

A Illa cuenta con un compostero comunitario activo en la zona de O Naval, un depósito controlado por dos mestres composteiros y en el que participan más de 70 vecinos que no cuentan con espacio para instalar el individual al residir en pisos. Ese modelo exitoso es lo que trata de exportar el grupo de gobierno a otros puntos del municipio como A Laxe, O Monte, Cabodeiro y O Barnal, llegando a publicitar y a realizar varias campañas de concienciación para dar a conocer el proyecto y consiguiendo un buen número de adhesiones. Para su puesta en marcha, el Concello cuenta con el respaldo de la Diputación de Pontevedra a través del Plan Revitaliza.

A Illa fue pionera en la implantación del compostaje en Galicia allá por el año 1999, cuando se adhirió al Plan Life de la Unión Europea. A través de este programa fue introduciendo el uso de composteros individuales en las viviendas para convertir en abono todos los residuos biodegradables que genera un domicilio. El propio Concello se encargó del reparto de depósitos y de dotar a los participantes en la iniciativa con el estructurante (se utiliza el “toxo” de manera habitual) que sirve para evitar malos olores y acelerar la descomposición de los detritus. El programa se acabó llevando el reconocimiento de la Unión Europea pocos años después, pero entró en decadencia hasta que, con la apuesta decidida de otras administraciones, se decidió recuperar, premiando a los vecinos que compostaban con rebajas en la tasa de recogida de basura.