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Empresas como Fundivisa o Crown Food realizan ajustes de personal debido a la caída de pedidos

Un momento del proceso industrial en Fundivisa, en una imagen de archivo. | // IÑAKI ABELLA

La pandemia de COVID también está pasando factura al sector industrial de Arousa. Aunque en menor medida que las actividades directamente relacionadas con el ocio o el consumo minorista, algunas factorías de la comarca también se han visto dañadas por el descenso de producción global y están recurriendo a planes de ajuste de personal. Es el caso de Fundivisa, compañía asentada en Vilagarcía que se dedica a la fabricación de hélices de embarcaciones, y que ha recurrido a un ERTE para toda la plantilla para sortear el descenso de pedidos.

El COVID ha ralentizado en gran medida la fabricación de nuevos buques, tanto dedicados al transporte oceánico de mercancías como de embarcaciones turísticas y de recreo, como los yates o los cruceros. En consecuencia, los pedidos a las empresas auxiliares también han disminuido. Fundivisa prevé un descenso acusado de producción en este ejercicio, de ahí que haya planteado un expediente de regulación temporal de empleo para la totalidad de su plantilla, compuesta por algo más de 90 personas.

El ERTE entra en vigor el próximo 1 de marzo, y estará vigente hasta el 31 de diciembre. El documento ya ha sido ratificado por las partes, y no contempla despidos. Así, el ERTE se organizará por secciones, de modo que cada trabajador estará un máximo de 180 días en situación de desempleo.

El ERTE de Fundivisa entra en vigor el 1 de marzo y termina el 31 de diciembre

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De todos modos, patronal y plantilla confían en que finalmente haya pedidos suficientes para mejorar las perspectivas más pesimistas, y que sean muchos menos días de ERTE por empleado.

En estos momentos, expedientes de regulación temporal de empleo como el de Fundivisa no consumen el tiempo de prestación de paro, pero las empresas sí tienen que seguir pagando las cuotas de la Seguridad Social. Fuentes consultadas alertan de que esta situación puede comprometer a medio plazo la supervivencia de muchas firmas, de modo que muchos ERTE se conviertan al cabo de unos meses en expedientes de extinción, los temidos ERE.

Fundivisa tiene sus instalaciones en el polígono industrial de O Pousadoiro (Vilagarcía) y es una de las firmas más relevantes del municipio por facturación y número de trabajadores.

La antigua Mivisa

2020 fue un año para enmarcar para muchas firmas conserveras, muchas de las cuales incrementaron su facturación por encima del 10 por ciento con respecto a 2019. Eso provocó a su vez que se disparase, entre otras cosas, la demanda de envases de alimentación. Y en ese caso, la planta que Crown Food España tiene en Ribadumia es una de las principales referencias en la provincia de Pontevedra.

Tanto es así que el año pasado llegaron a tener hasta cinco turnos de producción.

Pero el volumen de pedidos de la industria conservera -principal cliente de la histórica Mivisa- ha descendido en los últimos meses, a medida que se ha normalizado el comportamiento de los mercados, y esta situación también tendrá repercusiones a nivel laboral.

La dirección de Crown Food, denominación oficial de la antigua Mivisa, ha trasladado a la plantilla que el volumen de pedidos ha descendido, con lo que este año apenas habrá contrataciones de personal eventual. Históricamente, esta empresa ha contado con una bolsa de trabajo compuesta por operarios que eran contratados durante unos meses cada cierto tiempo, para poder atender los picos de producción con gente de confianza y experiencia. No obstante, todo apunta a que en este 2021 Crown Food moverá muy poco esta bolsa de contrataciones eventuales, tal y como se le ha anunciado a la plantilla. Crown Food lleva varios meses en negociaciones para vender sus plantas de producción de envases de Europa.

El sector industrial está aguantando mejor la embestida de la pandemia que el de servicios, pero no es del todo inmune a ella. A finales de 2020, la carrocera de Vilagarcía Carsa inició un ERTE de dos años de duración para 150 trabajadores, alegando una drástica reducción de la carga de trabajo. Otros 15 operarios fueron despedidos.

La plantilla de Thenaisie Provote tiene el trabajo asegurado hasta finales de marzo

La incertidumbre es máxima en la conservera Thenaisie Provote, que está inmersa en un proceso de liquidación. El plan se presentó el 9 de febrero, y ahora hay un periodo de dos semanas para el envío de alegaciones. En estos momentos, la plantilla está de vacaciones, y regresará a sus empleos el lunes. Tienen carga asegurada hasta finales de marzo, pero a partir de ahí solo hay incógnitas.

Desde los sindicatos se incide mucho en que el plan de liquidación sea abierto, para que resulte atractivo a los inversores. En este sentido, Rosa Abuín, del sindicato CIG, plantea que, “no se debe obligar a la subrogación total de la plantilla”, pues entiende que esa condición podría echar para atrás a algunos inversores. Por ello, la central nacionalista aboga por un plan en el que, en efecto, se prime la contratación de todos los trabajadores actuales, pero que se introduzca el matiz de que también se admitiría la subrogación, “de la mayoría”.

Miguel María, de CC OO, afirma a su vez que, “nuestra máxima preocupación es que el nuevo comprador se quede con el cien por cien de la plantilla”. Es partidario de que se vendan las plantas de O Grove y Mos juntas, como una única unidad productiva, “pero si esto no es posible, no podemos permitir que se convierta en una traba, y hay que buscar la solución menos lesiva para los trabajadores”, declaró.

Terminado el periodo de alegaciones, y una vez las resuelva el Juzgado, habrá un mes para que se registren las ofertas. Y en caso de que no se presentase ninguna, la compañía y todos sus activos saldrían a subasta. “Ese sería el peor escenario” , aduce Rosa Abuín. La portavoz de la CIG añade que, “nosotros no tenemos conocimiento a día de hoy de que haya empresas interesadas” en la liquidación de la histórica firma, y sobre el industrial Alfonso Caneiro, que intentó adquirir Thenaisie en varias ocasiones sin éxito, Abuín argumenta que, “dijo desde el minuto uno que él la empresa en liquidación no la quería”. De todos modos, la CIG le remitirá el plan cuando sea público.

Talleres y concesionarios claman por un “plan Renove”

Solo en el Ayuntamiento de Vilagarcía hay más de 20 talleres y concesionarios. Un dato que demuestra que aunque en la mayoría de los casos sean empresas pequeñas, con pocos trabajadores, en el conjunto de la comarca suponen el sustento económico de multitud de familias. Y también lo están pasando muy mal a consecuencia de la pandemia y la caída del consumo.

Según datos de la patronal automovilística y de consultoras especializadas, en enero pasado se vendieron en España algo menos de 42.000 vehículos particulares, lo que significaría más de un 50 por ciento menos que en el mismo mes de 2020. El impacto de la caída se agrava por las dramáticas consecuencias que el COVID ha tenido para el sector, hasta el extremo de que durante el confinamiento de primavera hubo meses en los que las ventas cayeron hasta un 96 por ciento.

Y por si la pandemia no bastase, ha entrado en vigor la subida del impuesto de matriculación, que hace que un coche de unos 20.000 euros cueste ahora casi 800 euros más que en el mes de diciembre.

Fuentes sindicales han expresado su temor a que esta situación derive en una sucesión de despidos y cierres de empresas, de ahí que emplacen a la administración a aprobar un nuevo plan Renove, con ayudas directas a los ciudadanos que compren automóviles nuevos.

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