La zona sur del yacimiento vilanovés de Cálago, aquella en la que menos esperanzas se tenía de que pudiese aportar interés se ha convertido en el objetivo principal de los arqueólogos para la próxima intervención, que está pendiente de una serie de permisos para regresar a la zona.
El hallazgo de restos óseos y de tres niveles históricos diferentes a muy poca distancia de la superficie hacen creer a los arqueólogos que una nueva intervención en ese espacio puede arrojar datos muy clarificadores sobre la historia de Cálago, donde arrancó Vilanova.
Varias épocas históricas
Mario César Vila, responsable de las excavaciones, reconoce que “está previsto realizar una intervención de ampliación del campo de trabajo para comprobar si existen más enterramientos y poder analizar mejor los diferentes niveles que hemos encontrado”, que irían desde la época castrexa hasta la etapa alto-medieval.
Ventura, el abuelo de Vilanova, reposaba sobre un concheiro en Cálago
César indica que los restos óseos del conocido en Vilanova como Ventura se encontraron sobre un “concheiro “ y sobre unas estructuras, convirtiéndose en el sondeo que más datos nos ha aportado hasta el momento, además, situados todos a muy escasa distancia de la superficie”.
César insiste en que la intención de las próximas excavaciones es saber si “existen más tumbas, algo muy probable, ya que este tipo de enterramientos no suelen estar solitarios, así como comprobar también la disposición de esas estructuras y cuáles eran sus usos, es decir, si pertenecían a una zona utilizada de forma habitual por los habitantes del castro o a algún espacio asociado a un puerto”.
Lugar de enterramiento
Posteriormente, la zona se habría convertido en un concheiro, donde los habitantes de Cálago depositaban los restos de comida y la basura, antes de que acabase convertida en lugar de enterramiento.
Los restos óseos que se localizaron se encuentran en depósito en las dependencias del Museo Provincial de Pontevedra después de haber sido sometidos a un estudio por parte de un antropólogo forense y a un análisis con carbono–14. Esa investigación permitió datar los restos unos 1.570 años atrás y que pertenecerían a una persona que superaría los 50 años de edad y que sufría de diferentes afecciones, desde osteoporosis a artrosis, e incluso, varices.
La cerámica romana prueba la vinculación comercial a través de un puerto
La actuación que se va a desarrollar en la zona sur de Cálago no impide que, en el futuro, se puedan acometer otras excavaciones en el resto del castro, sobre todo en la croa o en la zona norte, donde se detectó la presencia de varias estructuras con un georradar y se hallaron restos de cerámica de origen romano, lo que indicaría que el castro mantenía contactos comerciales a través del mar con otras culturas alejadas.
Nuevas prospecciones en el yacimiento
La nueva excavación también podría servir para arrojar luz sobre el antiguo monasterio de Cálago, del que solo se conserva la torre del campanario, y que fue fundamental en la historia del municipio.
Ese monasterio fue atacado por los normandos, e incluso, llegó a ser destruido a manos del caudillo árabe Almanzor en su camino hacia Santiago de Compostela.
