El agua de las 53 fuentes públicas de Meaño lleva dos años sin analizarse

El Concello de Meaño no analiza sus fuentes públicas de agua desde hace casi dos años. Lo hizo por última vez en la primavera de 2019, cuando la anterior regidora Lourdes Ucha había encomendado la labor a la firma Plagostel, y cuyos resultados se hacían públicos a finales de junio, al poco de tomar posesión el actual regidor Carlos Viéitez.

Unas analíticas de fuentes públicas que Meaño venía realizando con periodicidad anual desde hacía casi una década. Incluso en diciembre de 2015 el PSOE meañés demandaba al Concello que se realizasen un mínimo de tres analíticas al año, con el objeto de contribuir a la salubridad.

Y en 2018 la misma formación elevara una moción en demanda de fijar la periodicidad de muestreos, petición que apoyaba la oposición pero que no salió adelante por la mayoría del grupo de gobierno que se posicionara en contra. Interpelados por ello, el grupo de gobierno reconocía ayer que volverá a realizar los muestreos esta misma primavera.

Garantía sanitaria

La última analítica de la primavera de 2019, se aprovechaba además para cambiar la señalización de potabilidad de las aguas.

Así, en cumplimiento de la nueva normativa, se disponían pictogramas con tres calificaciones posibles: sobre fondo verde “agua apta para el consumo humano”, y sobre fondo rojo, con un aspa que tachando el icono, rezaba el mensaje “agua no apta para el consumo humano” o “agua sin garantía sanitaria”.

Desde entonces la mayoría de las fuentes no mantienen ya aquellos pictogramas, por cuanto unos se han ido deteriorando y otros han sido retirados de forma imprudente por los usuarios.

Análisis sobre potabilidad

Aquellos últimos muestreos de 2019 acreditaran que el agua de 9 de las 53 fuentes públicas meañesas no eran aptas para el consumo humano: Constenla 1 y Aldea de Abaixo en la localidad de Cobas; Laboriño y Caxoi en Lores; el manantial de Couso y el del cementerio en la parroquia de Simes; Viliquín en Dena; Río da Vila en Meaño y Valdamor en Xil. Desde entonces en la mayoría de las fuentes meañesas pasó a rezar el pictograma con la leyenda “agua sin garantía sanitaria”, entendiéndose como apta para el consumo pero sin plena garantías para la salud.

Los incendios forestales de 2017 contaminaron los manantiales"

A lo largo de los últimos años, 2014 con más fuentes declaradas no aptas, alcanzando la cifra de 11. En 2015 y 2016 la cifra o bajó a 7 y en 2018 fue de 8. Únicamente quedaron sin realizarse los muestreos en 2017 por motivo de los incendios forestales que venían de asolar los montes.

En relación a las fuentes públicas tampoco prosperó en diciembre de 2019 la petición que Meaño Independiente elevara al gobierno local, en demanda de realizar analíticas de las fuentes más socorridas para descartar la presencia de radón en el agua, y cuyo coste rondaría los 100 euros por manantial.

Manantiales subterráneos

La normativa gallega insta a ello “siempre que el origen del agua de consumo humano sea subterránea por entero o parcial”. Y es que las fuentes subterráneas acusan normalmente concentraciones de radón mucho más altas que el agua de superficie de los ríos, pantanos y lagos.

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