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El sector de los gimnasios clama contra el cierre y reivindica su función terapéutica

Empresarios de este colectivo rechazan una decisión que les deja al límite económico y que lleva a una pérdida de rutinas saludables | Algunos usuarios sacaron ayer sus pesas para entrenarse en el parque de O Piñeiriño

Varias personas convirtieron el parque de O Piñeiriño en zona de entrenamiento. Noé Parga

El sector gimnasios también se ha visto abocado a una situación realmente agónica a consecuencia de la pandemia. El cierre de estos establecimientos ha obligado, por una parte, a una readaptación de todos los empresarios del sector para poder soportar los efectos. Reajustes laborales, trabajadores en ERTES y pérdida de socios, son solo algunos de los factores que rodean de incertidumbre a la viabilidad de sus negocios.

Por otro lado, conviene no pasar por alto el perjuicio que causa la decisión a muchos de sus beneficiarios. El ejercicio físico forma parte del equilibrio orgánico y mental de un altísimo número de personas. Una cuestión que los empresarios del sector consideran que se ha obviado por completo a la hora de tomar la decisión, entendiendo que ha primado el incluir a los gimnasios en el ámbito de los locales de ocio.

Las voces entre los empresarios de los gimnasios coinciden al indicar la victimización de un colectivo que además cuenta a su favor con unos índices de contagio en su ámbito que se reducen al 0,2%. Luis Pernas, gerente de la cadena Evofit y Wonder Vilagarcía, es claro al señalar que “sinceramente, el cierre de los gimnasios es un error. Estoy al frente de 15 instalaciones y puedo asegurar que es un error a nivel económico y laboral, tanto de presente como de futuro. Otro problema es la salud, no somos ocio, somos salud. Soy fundador de la Unión de Centros Privados Deportivos de España y los datos son que ha caído un 52% el número de socios desde hace un año. A nivel de instalaciones deportivas estamos igual que hace un año. No vemos una política común a nivel nacional”.

El parque de O Piñeiro hizo ayer las veces de gimnasio. Noé Parga

Una muestra evidente de la necesidad que para muchísimas personas tiene el ejercicio físico es lo sucedido ayer en el parque del barrio de O Piñeiriño, lugar que se convirtió en un gimnasio debido al equilibrio que supone el trabajo muscular y de fuerza en sus rutinas de salud diaria. Debidamente separados, al aire libre y con la correspondiente mascarilla, el grupo se ejercitó durante cerca de dos horas sin incumplir ninguna de las restricciones que actualmente rigen en relación a la práctica deportiva.

Las diferentes barras, pesos y esterillas que pasaron a formar parte del mobiliario del parque pertenecían a las cinco personas que desarrollaron la sesión y fueron utilizadas de manera individual. Habituales de gimnasios en Vilagarcía, uno de ellos manifestó que “cumplimos con todas las condiciones. Cada uno usó su material y estuvimos separados más de la distancia requerida y sin ningún tipo de contacto entre nosotros”.

El ejercicio es una necesidad vital para muchos. Noé Parga

Sobre la decisión de salir al parque a realizar esta sesión, el sentido de la misma va mucho más allá que cualquier interés reivindicativo. “Algunos están preparando competiciones y necesitan entrenar, pero sobre todo, porque mentalmente lo necesitamos. Trabajamos en sectores muy castigados por la pandemia y el entrenamiento nos ayuda en todos los sentidos”.

La piscina también está perdiendo usuarios a diario

El centro deportivo con más socios de O Salnés es la piscina de Vilagarcía con cerca de 800 usuarios. Su gerente, Javier Magariños, también se expresó al respecto del cierre de los gimnasios al apuntar que “entiendo que hay que tomar medidas y se asumen sin problema ninguno. Pero hay medidas chocantes, las iglesias, los estancos, las clínicas de fisioterapia están abiertas y los gimnasios no. Es algo que deja poco espacio a la coherencia. Más aún cuando todos los que utilizan la instalación se esmeran al máximo en cumplir las normas por su propio beneficio”.

Entre las dudas acerca del acierto de la medida también existe lugar para el enfado debido a cuestiones como las que están pasando en otras comunidades autónomas. Luis Pernas denuncia que “ los gimnasios en Madrid no los cierran, por el bien físico y mental en la población. En cambio, en Cataluña se habla de que se van a abrir los centros deportivos para los mítines de las elecciones autonómicas e incluso se le va a permitir a los contagiados ir a votar. Todo esto no tiene sentido ninguno y el sector de los gimnasios está totalmente olvidado”.

Luis Pernas, empresario de centros deportivos y gimnasios. Noé Parga

En la misma línea, Pernas refleja la incomprensión de las medidas ordenadas en cuanto restricciones sociales al señalar que “nos enfrentamos a una pandemia donde lo que se debe primar es la salud. Lo que no puede ser es que los gimnasios no podamos abrir las puertas, ni siquiera cumpliendo todo tipo de normas sanitarias, mientras que, por ejemplo, los estancos sí pueden abrir y además hasta las nueve y media de la noche. ¿Así cómo les explicas a tus hijos que lo bueno es el ejercicio y no el fumar?. Al igual que la hostelería quizá se nos haya utilizado como chivo expiatorio cuando las cifras no justifican el cierre”.

Mención aparte merece la incertidumbre al respecto de una reapertura con las condiciones mínimas exigibles para poder abrir un gimnasio. El pesimismo en esta línea es generalizado en el sector. Javier Magariños apunta que “no hay nada seguro. Tampoco tenemos certezas respecto a la vuelta a la actividad. En mi caso estoy preparando todo para poder volver el 17 a trabajar, pero no hay ningún tipo de seguridad. Nos hemos adaptado a todo lo que se nos exigió con las correspondientes inversiones, pero de nada nos sirvió. Al igual que un cifra de contagios mínima”.

Por otro lado está la reivindicación de muchos usuarios por volver recuperar hábitos saludables, pero también el hartazgo de muchos a verse privados de unas rutinas que necesitan de una continuidad para que puedan ser efectivas.

Voces autorizadas en el sector de la preparación física y del colectivo de empresarios del deporte no pasan por alto la influencia de una buen condición física como atenuante de los efectos de un posible contagio de COVID.

Daniel Núñez, de Arousa Pádel, sostiene a este respecto que “uno de los principales factores o indicadores de que el COVID afecte en mayor o menor medida está relacionado con la condición física. Estar mal físicamente se ha convertido en un factor común entre aquellos positivos que están teniendo más complicaciones. Ahora mismo como la gente mayor está más retraída, ya no es como la primera oleada que afectaba a gente mayor, sino que ahora afecta a edades más variadas y el factor más llamativo es que la mayoría tienen una mala condición física”.

En la misma línea se expresa Javier Magariños al señalar que “somos la solución y no el problema. Un cuerpo ejercitado es más resistente al coronavirus”. También Luis Pernas subraya que “cerrar los gimnasios fomenta el sedentarismo con todo lo negativo que ello supone”.

La falta de actividad obligada ha supuesto también poner en una situción de amenaza a la viabilidad de las empresas. Todo ello, según comentan desde el sector, sin haberse tejido una red de ayudas que compensen las consecuencias a corto plazo.

“Veía muy viable el negocio a no ser por una catástrofe mundial”

Daniel Núñez, gerente de Arousa Pádel, se hizo cargo del negocio hace exactamente un año. “Creía que entraba en un momento estupendo. Había hecho un análisis de la viabilidad del negocio y creía que, a no ser que apareciese una catástrofe mundial, lo veía muy viable. Desgraciadamente apareció en forma de pandemia y me cerraron el 13 de marzo. Luego empecé a abrir en mayo parcialmente y completamente en junio”.

Daniel Núñez, gerente de Arousa Pádel en Vilagarcía FDV

Con ocho empleados que han tenido que acogerse al ERTE y en torno a los 200 usuarios, el empresario reivindica que “si se toma la decisión de cerrar los gimnasios y se van a sufrir las consecuencias de esto, cuando hay otros negocios abiertos, se debía haber establece previamente una red de defensa necesaria con ayudas específicas. A nosotros se nos pide la colaboración y tener la humildad suficiente para creer que se toma la decisión correcta, pero por lo menos establece las medidas oportunas para poder seguir vivos económicamente”.

La situación en la piscina de Fontecarmoa también estremece. Prácticamente la totalidad de su plantilla compuesta por 32 personas, han tenido que acogerse a un ERTE debido al cierre de la instalación. Un hecho que viene precedido además por un cierre obligado meses atrás por cuestión de obras y que ha hecho que el centro deportivo haya perdido dinámica. Javier Magariños sostiene al respecto que “las bajas gotean cada día. Es cierto que muchas personas no quieren hacerlo por la esperanza de recuperar cuanto antes algo que saben que les ayuda, pero necesitamos encontrar nuevamente el ritmo normal porque para ello hemos invertido con todas las medidas que se nos han exigido”.

Por cuestiones de prescripción facultativa debido a diferentes lesiones, un grupo de usuarios de la piscina municipal de Vilagarcía ha iniciado una recogida de firmas para solicitar la reapertura de una actividad que necesitan y que tienen indicada médicamente.

Al respecto de la necesidad del ejercicio guiado y dirigido por profesionales, Luis Pernas se refirió a una situación que le toca muy de cerca y que ejemplifica algo que sucede en muchas familias. “Mi madre padece Parkinson desde los 32 años y necesita gimnasia diaria en los brazos y las muñecas. Como mi madre habrá mucha gente igual no tiene a alguien que sepa, como es mi caso y eso es un gran problema para la salud porque si no se ejercita de manera planificada y con conocimiento, todo tiende a atrofiarse cada vez más”.

En la misma línea se refiere a otro caso entre los usuarios de sus gimnasios, “es un matrimonio en el que uno de ellos está enfermo y necesita venir al gimnasio para encontrarse mejor. Me dice que necesita venir para que le digan lo que tiene que hacer porque no tiene la fuerza de voluntad para hacerlo en casa. Todavía no se ha pensado en las secuelas a nivel psicológico que puede tener el renunciar a la salud y a la calidad de vida en personas que lo necesitan”, apunta el empresario.

La labor de desahogo mental y físico que ejerce el deporte de fuerza o de cardio es otra de las cuestiones que desde el sector ponen en valor en tiempos de dificultades en todos los aspectos.

Las restricciones han afectado desde una doble vertiente los centros deportivos de Vilagarcía. Algunos de ellos poseen cafetería e incluso restaurante, por lo que las medidas que primero afectaron a la hostelería también golpearon a los servicios con los que contaban sus usuarios.

Solicitan una desescalada adaptada sin límite en los horarios y con uso de vestuarios

Mirando hacia adelante y con la esperanza de recuperar lo antes posible un escenario propicio para su actividad, el colectivo de empresarios del deporte quiere que su sector sea tratado en consonancia a sus especiales características. Luis Pernas considera que “las limitaciones de horario hasta las 18.00 horas como las que teníamos son totalmente contraproducentes. Nosotros tenemos más tráfico de usuarios fuera de los horarios laborales, no durante”. Uno de los usuarios consultados también hizo referencia a la utilización de los vestuarios, “con las medidas apropiadas no hay ningún riesgo. Es mucha la gente que viene al gimnasio antes de ir a trabajar y que necesita ducharse. La limitación de horario anterior hizo que mucha gente dejase de ir al gimnasio porque le generaba más molestia que beneficio al no poder utilizar los vestuarios”. Daniel Núñez es rotundo al señalar que “evitemos las medias tintas en las desescaladas. O cerramos o abrimos, pero si nos hacen abrir hasta las 18.00... Debe haber una continuidad en las decisiones y no tres posiciones en una misma semana porque me tengo adaptar tres veces seguidas. Que los negocios nos adaptemos es bien para todos, incluido para el Estado”.

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