Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Otras confesiones cristianas que eligen orar a distancia

Centro Cristiano situado en la calle del Arzobispo Gelmírez de Vilagarcía. | // IÑAKI ABELLA

“Claro que echamos de menos el contacto, los abrazos y la alegría del culto en el templo”, reconoce el patriarca del clan de Cornazo Ricardo Giménez que pertenece a la Iglesia Evangélica de Filadelfia, cuyas tres iglesias en Vilagarcía cerraron sus puertas al estallar la pandemia en marzo de 2020.

Ahora la familia Giménez reza en casa. “Ya nos hemos acostumbrado al teléfono y al ordenador para asistir a nuestras liturgias a distancia; claro que nuestros tres niños participan menos que antes”, reconoce con cierto remordimiento.

También se ha clausurado al culto hace unos 15 días el Centro Cristiano de Arzobispo Gelmírez. Su pastor Hugo Acuña argumenta que han preferido ser estrictos y cumplir escrupulosamente los consejos sanitarios, no en vano hasta los creyentes de municipios próximos como Cambados “están perimetrados por lo que tienen prohibido viajar a Vilagarcía”.

Pronta reapertura al culto

El pastor está convencido de que la situación cambiará más pronto que tarde y que la iglesia “volverá a abrir”, no sin antes recordar que la Biblia ha sido muy premonitoria y que ya en el Libro de Daniel se habla de “enfermedades catastróficas”, como las que sufre en este momento la humanidad. Pide por eso “fe en el señor” aunque entiende que “las vacunas, claro que van a hacer su efecto”

Con todo, explica Hugo Acuña desde su casa de Milladoiro en Teo, los fieles de Arousa siguen en contacto directo con su iglesia. “Las celebraciones son telemáticas tres veces por semana, los jueves, viernes y domingos con la Oración, la Biblia y el Dominical”.

El abrazo se echa de menos

Aunque solo han pasado 15 días del cierre temporal del templo admite Acuña que las ceremonias son más frías. “Se echan de menos los abrazos, esa forma de pedir, ese acercamiento fraternal de los que participan en el culto, muy diferente al de los fariseos hipócritas”, apostilla en su conversación telefónica.

Recuerda que la decisión de cerrar temporalmente los templos evangélicos gallegos fue adoptada por el pastor gallego Félix Gómez Andrade quien ante las restricciones publicadas en el Diario Oficial de Galicia “suspendió el culto presencial” que afecta también a Vilagarcía, una ciudad en la que están presentes desde hace siete años y que cada día de liturgia reúne a alrededor de medio centenar de creyentes.

Más drásticos han sido los Evangelistas de Filadelfia que ya llevan un año sin culto presencial en sus locales de Doctor Fléming o los de Berdón y Cornazo, por lo que tampoco cuentan con un pastor asignado por esta misma razón. “Antes eran nombrados por uno o dos años”, recuerda.

Tras la suspensión de actos, el patriarca de Cornazo Ricardo Giménez afirma que han tenido que adaptarse a las celebraciones por teléfono que llevan a cabo todos los días de la semana menos uno “para descansar”.

"Ahora nos reunimos la familia y participamos con un rezo, una alabanza, un cántico si nos da la vez el pastor"

Ricardo Giménez - Patriarca del poblado de Cornazo

decoration

“Ahora nos reunimos en casa la familia y participamos con un rezo, una alabanza, un cántico cuando nos da la vez el pastor que oficia para toda España, bien desde Madrid o de Barcelona”, expone.

Insiste en que la ceremonia es casi igual de reconfortante aunque le da pena que el local al que antes acudían a diario se encuentre a día de hoy cerrado. “Estamos una hora, o quizás más, conectados con un sello -un punto de enlace telemático- que nos proporcionó la iglesia a todos los fieles”, explica el patriarca vilagarciano.

La iglesia evangélica de Cornazo lleva más de 30 años abierta al público y congregaba a la práctica totalidad de las familias del poblado en una perfecta comunión con Dios porque, afirma Giménez, “proporciona alegría y verdad”.

Tanto en Vilagarcía como en Cambados y en otras localidades de O Salnés existen varios centros de culto distintos al de la iglesia católica que también han tomado la misma decisión de mantener sus puertas cerradas mientras perdure la pandemia, un compromiso con los valores de la sociedad en la que participan, aunque todos confían en recobrar las tradiciones.

Compartir el artículo

stats