Dos meses después de amanecer el emblemático alto del monte Penaguda manchado por un ingente vertido de basura, situado al mismo pie del depósito que sirve el agua de la Mancomunidad para la parte alta de Meaño, permanece intacto, toda vez que el Concello no ha procedido desde entonces a su retirada.
Ayer mismo se constataba aún la presencia de aquel vertido tal y como se denunció en su día por lo que la indignación de los vecinos es si cabe más palpable todavía pues invita a otros desaprensivos a actuar de idéntica forma en un lugar próximo al depósito de agua que suministra a la localidad.
Este acto vandálico se producía a finales de noviembre. Trascendía cuando una vecina de Dena, con una propiedad de monte cercana, lo denunciaba el 30 de noviembre tras cerciorarse de lo acaecido.
Fue al día siguiente cuando la formación Meaño Independiente se hacía eco y lo trasladaba al concello a través de un escrito formal que interponía por registro.
En él instaba a la alcaldía a proceder a la retirada “y a la apertura de un expediente de identificación de la persona o entidad responsables, para proceder a las correspondientes sanciones”, toda vez que, según afirmaba la formación en aquel comunicado – remitido a la sazón a los medios- se atisbaban indicios para dar con los responsables.
La escombrera se encuentra al pie del depósito municipal de aguas de la localidad
Pero aún así, transcurridos dos meses desde aquella, el Concello no realizó labor alguna de retirada.
Caber recordar que se trata de un vertido que, por su contenido, parece responder a obras de reforma en una tienda de ropa que en noviembre decidió abandonar a su suerte todo el mobiliario inservible, así como otros objetos que estuvieron a la vista de sus clientes, incluidos maniquíes.
No en vano entre los restos, volcados en dos montoneras, asoman estanterías de madera en colores y cristal, espejos, perchas, cajas de embalado e incluso maniquíes que formaron parte de algún comercio de ropa. Eso así, algunas personas que se asomaron por zona se aprovisionaron de algún maniquí y de una caja de perchas de madera que estaban intactas, y que hoy ya no asoman entre las escombrera.
Restos de una tienda
La disposición en esas dos montoneras no hace sino atisbar que pudo tratarse fruto de dos vehículos, o dos viajes del mismo, para protagonizar este hecho, y que podían acceder sin problemas, haciéndolo por un vial angosto y asfaltado, y que cuenta en su tramo final una cuesta muy pronunciada.
El vertido se halla en la parte trasera del depósito, que es el lateral orientado hacia el Suroeste. Los indicios apuntados en su día, se constata aún en alguna cajas de material, que permanece todavía embalado.