Otros años, a estas alturas de enero la asociación Solidariedade Galega co Pobo Saharaui (Sogaps) estaría enfrascada en la búsqueda de familias de acogida para los niños de los campamentos de refugiados; y los socios de Ledicia Cativa estarían ya recabando la amplia documentación que les exige Rusia para tramitar la estancia estival de los niños de la región afectada por la catástrofe de Chernóbil. En este 2021, sin embargo, ambos colectivos están parados, a la espera de como evolucione la pesadilla del COVID.

La presidenta de Sogaps, Maite Isla, explica que, “por el momento tenemos paralizado” el programa de acogimiento. Quiere dejar claro que no está descartado el Vacaciones en Paz de este año (el de 2020 sí que se suspendió), pero admite que, “la situación está complicadísima”. “Hay que ser sinceros, sensatos y realistas, en estos momentos es imposible poner fechas”, señala Maite Isla a la pregunta de si retomarán próximamente las campañas para recaudar fondos o sumar más familias de acogida.

Entre O Salnés y Pontevedra hay más de una veintena de familias que en verano acogen a niños del Sáhara o de Chernóbil. La finalidad de estos programas es echar una mano a unos menores que viven el resto del año en condiciones difíciles, y entre niños y familias se llega a formar un vínculo afectivo muy fuerte.

Antonio Álvarez Dudo, un vecino de Vilagarcía que acoge desde hace años a un menor de Chernóbil también asume, muy a su pesar, que el programa está en serio riesgo este verano. “Tal y como están las cosas aquí... Ahora mismo es un poco arriesgado traer a una criatura que ya está delicada de salud, y exponerse a que pueda contagiarse”.

Como en el caso de Sogaps, la asociación que gestiona la estancia de los menores rusos en Galicia, Ledicia Cativa, “está a la expectativa”, en palabras de Álvarez Dudo. Todo dependerá en gran medida de que como evolucione la campaña de vacunación y la tan ansiada inmunidad de grupo, con la esperanza de que el virus haya sido vencido para el verano.

En el caso de los niños saharauis hay un problema añadido en este 2021, como es el estallido de escaramuzas bélicas entre Marruecos y el Frente Polisario. Un conflicto que tiene enormemente preocupadas a las familias gallegas, tanto por el temor a que le pueda ocurrir algo a sus niños o sus familias, como porque cada vez es más difícil la llegada de la ayuda humanitaria a la región, lo que empeora las condiciones de vida de los sahararuis. En todo caso, Isla deja claro que, “la situación bélica no va a influir en que haya Vacaciones en Paz o no”. El verdadero obstáculo es la pandemia.