Las condiciones meteorológicas y oceanográficas vividas en días pasados, sobre todo marcadas por la incidencia de los fuertes temporales de viento, propiciaron la llegada a las playas gallegas de medusas tan peligrosas y populares como la carabela portuguesa (Physalia physalis), también conocida como falsa medusa y abundante en mar abierto, sobre todo en las aguas cálidas del planeta. Particularmente en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico. 

Imagen de archivo de una carabela portuguesa en las playas mecas. FdV

Sin embargo, cuando se registran fuertes vientos del sur puede ser empujada a aguas más frías, tal y como se constata de nuevo en las últimas jornadas.

Hace unos días se daba cuenta de su aparición en el litoral de Vigo, y casi al mismo tiempo se dejaba ver en diferentes arenales de la costa atlántica de O Grove, tanto en A Lanzada como en Raeiros, Area da Cruz y diversos puntos de San Vicente.

Un ejemplar de carabela portuguesa. FdV

Burato da Londra y las playas caninas de O Portiño y O Espiño también recibieron la visita de esta peligrosa medusa, que algunos sitúan igualmente, en las últimas jornadas, en arenales mecos más resguardados en el interior de la ría, como es el caso de Rons.

Aviso a los sufistas

Aunque en esta época del año su llegada a la costa impulsadas por el viento constituye una amenaza menor, ya que no hay bañistas en las playas y el contacto con ellas parece casi inviable, no hay que perder de vista a estas medusas, ya que pueden causar importantes complicaciones al ser humano si se las toca. 

Un miembro de Emergencias Sanxenxo retira una carabela portuguesa de la playa. Gustavo Santos

Una advertencia a la que deben prestar especial atención actualmente los aficionados al surf, kitesurf y deportes similares.

Tal es la amenaza que supone que, en ocasiones anteriores, coincidiendo con su masivo varamiento en las playas en temporada estival o en Semana Santa, incluso se procedió al cierre de zonas de baño en O Grove y Sanxenxo

Un ejemplar en la arena. FdV

Uno de los episodios más importantes se vivió en 2013, cuando fue preciso cerrar playas como Canelas, Major, A Lanzada, Raeiros y Area da Cruz a causa de la aparición de ejemplares de carabela portuguesa, que puede representar una amenaza importante incluso después de muerta.

Un delfín común varado en el Complejo Intermareal Umia-O Grove

La llegada de la carabela portuguesa a la costa meca no es la única noticia destacada del día en la localidad en relación con el medio ambiente y sus especies. También hay que dar cuenta del varamiento de un ejemplar de delfín común en el Complejo Intermareal Umia-O Grove, es decir, en la zona de aguas poco profundas situada entre la localidad grovense y la costa de Meaño y Sanxenxo.

Al bajar la marea este mamífero marino, perteneciente a una especie poco frecuente en el interior de la ría, a diferencia del delfín mular o arroaz, quedó atrapado en una poza, prácticamente cubierto por algas y fango.

Rescate de delfines mulares (arroaces) atrapados por la bajamar en A Toxa, hace unos años. FdV

Este varamiento tuvo lugar a la altura del istmo de A Lanzada, cerca de A Revolta (Sanxenxo), donde el cetáceo parecía condenado a una muerte segura.

La situación fue similar a la protagonizada con anterioridad por otros ejemplares, especialmente en el entono de la isla de A Toxa.

Red de Varamientos de Galicia

Sin embargo, la rápida intervención de los voluntarios, una vez activada la Red de Varamientos de Galicia tras recibir una alerta activada por Eva Otero, permitió rescatar al ya condenado delfín y trasladarlo al puerto de Pedras Negras, en San Vicente de O Grove, donde fue devuelto al mar.

Del rescate y liberación se ocupó la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), donde explican que todo sucedió a mediodía y que, “pese a la dificultad de acceder al cenagal” donde estaba atrapado el delfín, se logró sacarlo “con una camilla especial”.

Te puede interesar:

Así, una vez valorado su estado, “se reintrodujo en el mar en el puerto de San Vicente”.

Se hizo con ayuda de Emergencias Sanxenxo, personal de Obras y Servicios de este Concello, agentes de Medio Ambiente de la Xunta y voluntariado de Cemma.