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En primera línea de batalla contra las invasoras

La caída de las hojas de los árboles permite descubrir nidos de velutina inactivos en esta época del año. | // IÑAKI ABELLA

Nido de velutina retirado por el servicio de la Mancomunidade. | // FDV

Pedrouzos coloca una trampa para capturar velutinas. | // I. ABELLA

Se han convertido en una plaga que resulta imposible de erradicar y que amenaza gran parte del ecosistema local. Las avispas velutinas llegaron de Asia colonizando la comarca de O Salnés y, tras varios años en los que no se supo como enfrentarlas, las propias administraciones, especialmente las locales, han tenido que ser las que cogiesen el toro por los cuernos para buscar soluciones. La Mancomunidade, hace cuatro años, fue de las primeras entidades que decidió tomar cartas en el asunto, creando una brigada de lucha contra las velutinas, una brigada que cuenta con dos operarios, Chema Pedrouzos e Isaac Padín, a los que dotó con todos los elementos necesarios para esa lucha, desde trampas hasta un camión grúa para alcanzar aquellas zonas más complicadas en las que se encuentran los nidos, consiguiendo una media de retiradas de unas 900 anuales en los concellos de Sanxenxo, Cambados, Meis, Meaño, Ribadumia, Vilanova y A Illa. Durante estos cuatro años, cuenta Pedrouzos, han perfeccionado todo tipo de técnicas para retirar los nidos, desde pértiga a escopeta para inyectar el veneno que acabe con las larvas que hay en su interior. En ese veneno se han dado importantes avances ya que el que se usa en estos momentos poco o nada tiene que ver con el que se utilizaba en el inicio.

“Aquel era muy contaminante y ahora las cosas han cambiado mucho, limitándonos a inocularlo tan solo el interior del nido, aunque todavía estamos trabajando en más avances que se darán a conocer en breve”, explica Pedrouzos.

Desde su creación la actividad es prácticamente constante durante todo el año, tanto a la hora de trampear, como de localizar nidos. En la actualidad, muchos de los avisperos que se están localizando es debido a la caída de las hojas de los árboles, que permiten descubrir los grandes nidos secundarios.

La campaña de las velutinas comienza prácticamente con el año, con la instalación del trampeo, una actividad cuyo principal objetivo es capturar las reinas para evitar que puedan hacer más nidos embrionarios, del tamaño de una pelota de tenis. Esta actividad, explica Pedrouzos, “es muy efectiva hasta el mes de abril, cuando comienzan con la elaboración de los nidos primarios, que pueden alcanzar el tamaño de una pelota de baloncesto”. Los más espectaculares son los nidos secundarios, aquellos que pueden llegar a tener una capacidad de 40 o 50 litros como media, aunque los hay mucho más grandes. Lo saben bien los dos operarios del servicio de la Mancomunidade que ya tuvieron que retirar uno en una nave de Meis que era tan grande como un contenedor de basura, aunque reconoce Pedrouzos que “no es lo habitual”. Si la forma de luchar contra ellas se ha ido perfeccionando, el insecto también ha demostrado tener una gran capacidad de adaptación y de evolución. Desde que se comenzó con la actividad de eliminación de nidos con la pértiga, las velutinas están recurriendo a puntos cada vez más altos, escondiéndose en las copas de los árboles, a más de 50 metros de altura. Un ejemplo de ello ocurrió en Lantañón, Meis, durante el verano, donde hubo que recurrir a un dron para acabar con unido que se encontraba en una zona inaccesible, a 56 metros de altura en la copa de un eucalipto.

Los dos operarios saben perfectamente lo que es sufrir una picadura de velutina y el dolor que eso produce. “Vamos siempre protegidos con los trajes, pero siempre hay alguna que se te escapa y que aprovecha para picarte cuando te estás sacando las protecciones; ambos hemos sufrido esas situaciones y vamos preparados siempre con amoníaco y hielo”, señala Pedrouzos.

Durante estos años, apunta, han avanzado en todo tipo de técnicas para destrozar los nidos y en eso “siempre hemos estado a la vanguardia gracias a Lolo Andrade, un integrante de Protección Civil de Cambre que, todo aquel descubrimiento que hace para acabar con los nidos, lo comparte de forma inmediata, eso nos ha permitido estar actualizándonos casi de manera continua”.

Cítricos, camelias y proteínas

Uno de los lugares preferidos por las velutinas para anidar son aquellos que están próximos a puntos en los que pueden conseguir alimento. Especies como los cítricos, la camelia o las enredaderas suelen estar siempre en las proximidades ya que, además de poder alimentarse de sus flores, también encuentran la proteína que necesitan en los pulgones que se asientan en esas especies. Toda avispa o abeja que se asiente en las inmediaciones de donde sitúan el nido se convierte en un posible objetivo, incluso, las de su misma especie, ya que suelen ser excesivamente territoriales y marcar mucho la zona próxima a su nido.

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