El gobierno local quiere ejecutar la remodelación de la Praza Pública de Vilalonga y como paso previo, ha contratado el derribo del kiosco, ubicado en el espacio. Esta actuación tendrá un coste de casi 11.000 euros. La empresa encargada de la demolición tramita los permisos de gestión y retirada de amianto de la uralita que conforma la cubierta para comenzar el derribo.

La salida del viejo kiosco de la plaza servirá como preámbulo a la redacción del proyecto definitivo cuya filosofía responderá a la mejora del aprovechamiento y ordenación de los 4.388 metros cuadrados de superficie, así como la recuperación del espacio de convivencia y disfrute vecinal.

La idea del gobierno es triplicar la zona de juego infantil que está ahora en una de las esquinas de la plaza y reservar unos 3.000 metros cuadrados como espacio multifuncional y polivalente. Además, quiere reforzar el arbolado de la alameda. El alcalde, Telmo Martín, visitará la próxima semana la plaza con el técnico que se encargará del proyecto definitivo.