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Respuesta masiva de los jóvenes de A Illa al cribado con PCR por el aumento de contagios

Soportaron estoicamente las gélidas temperaturas de la mañana para contribuir a localizar los focos de COVID existentes en la localidad EEl Sergas envió dos equipos al centro de As Laxes | Permite conocer la incidencia

Colas a las puertas del centro de salud de As Laxes para participar en el cribado general de COVID. | // IÑAKI ABELLA

Un enfermero toma muestras a uno de los jóvenes. | // IÑAKI ABELLA

Limpieza de los muebles empleados tras cada PCR. | // IÑAKI ABELLA

Fueron alrededor de 500 jóvenes los invitados por el Sergas a la prueba del coronavirus en A Illa, un cribado que tiene por finalidad descubrir la procedencia de los focos que desde hace dos semanas tienen en vilo a la población. La respuesta de los jóvenes fue extraordinaria con tremendas colas desde que abrió el centro de salud de As Laxes, sin importarles la gélida mañana ni la “nortada” que bajaba todavía más las temperaturas.

Mabel Dios, de 22 años, que pasó la prueba minutos antes del medio día reconoce que fue más simple de lo que esperaba aunque en la cola, en la que esperó con una amiga personal, “estuve bastante nerviosa”, de hecho algunos no podían evitar las lágrimas causadas por el hisopo con que se toman las muestras.

Añade la joven isleña que acudió temprano al centro de salud porque es consciente de que en A Illa “la situación se puso muy complicada en los últimos días”. Y es que la curva mantiene una rápida linea ascendente que preocupa muy seriamente a las autoridades porque la incidencia acumulada rebasa todas las expectativas e índices hasta ahora vistos en la localidad, aunque ayer hubo un atisbo de estabilización con un solo positivo más que el jueves.

A Illa es una localidad singular con una alta densidad de población en un núcleo reducido, pues 5.000 habitantes se concentran en un casco urbano de 2,5 kilómetros cuadrados, como resalta el alcalde, el socialista Carlos Iglesias que ayer también acudió al centro de salud para interesarse por la jornada de pruebas.

Hace una semana, antes del comité clínico previo a las fiestas navideñas, el regidor solicitó ya un cribado de la población pues la tendencia empezaba a ser preocupante, pues el pasado 13 de diciembre eran ya 30 casos. A día de hoy son cuatro veces más y todavía se desconocen los motivos de este elevado impacto, que podrían descubrirse cuando se conozcan los resultados del masivo estudio.

Para aligerar el cribado, el Sergas envió al centro de salud isleño dos equipos formados por las enfermeras Lorena Gamallo y Alberto Blanco y las auxiliares Patricia Busto y Laudina Cerviño quienes extrajeron las muestras en sesiones continuas de mañana y tarde.

Lorena Gamallo mostraba su satisfacción por la gran respuesta de los jóvenes isleños tanto por el número de participantes como por sus motivaciones a la hora de participar voluntariamente en este cribado, sobre todo para proteger a los suyos de un indeseado contagio.

Los vecinos también se muestran preocupados. “Vamos a caer como moscas”, alertaba esta misma semana una vecina de la localidad que resumía el sentir general. Otra atribuía la expansión a ciertos comportamientos de padres que enviaron a clase a sus hijos enfermos.

De ahí que el cribado que se llevó a cabo ayer dé una luz de esperanza. Esperan que sea un primer paso para poner coto al virus que ya ha provocado que uno de los vecinos de la localidad se encuentre en la Unidad de Cuidados Intensivos de Montecelo.

Claro que tienen miedo pues en la primera ola de la pandemia ya falleció otro lugareño aunque en aquella ocasión se había relacionado con una excursión a Huelva,

Luego A Illa se convirtió en el reducto más sano de la comarca, incluso en verano, y de hecho sorteó los primeros cierres perimetrales que afectaron a la totalidad de la comarca desde principios del mes de noviembre. La situación se trastocó e invirtiól en los últimos días cuando empezó a tenerse constancia de los primeros positivos que inicialmente se identificaron con focos en el entorno de la lonja o en centros educativos. Pero el nivel de contagios siguió disparándose a un ritmo de entre siete y diez pacientes más cada día, una barbaridad a tenor de las cifras de población, ya que significa un porcentaje demasiado elevado para quedarse de brazos cruzados.

O Grove realiza pruebas a mil jóvenes la próxima semana

Por sus características peninsulares, la localidad de O Grove es igual de sensible que A Illa pues su geografía reviste características semejantes con una población muy concentrada en núcleos, especialmente en el centro urbano. Por tanto, con semejantes técnicas de cribado, el Sergas ha convocado a un millar de vecinos de entre 15 y 24 años para que los días 29 y 30 se sometan a las pruebas PCR que puedan descubrir el foco o focos que expliquen la actual escalada de contagios, si bien ayer fueron seis menos. La diferencia con A Illa estriba en que la villa meca lleva ya más de un mes con medidas de control de la epidemia y fue una de las primeras en las que se estableció el cierre perimetral, primero de forma exclusiva y luego formando almendra con Sanxenxo. Además está previsto en Vilagarcía realizar PCR a todos los empleados del centro comercial y recientemente se llevó a cabo un estudio en el poblado de Cornazo, tras detectarse un número importante de positivos. También esta semana podría llevarse a cabo el inicio del plan de vacunación en los distintos centros de la tercera edad de la comarca, en especial la Domusvi de Ribadumia en la que todavía siguen de baja por coronavirus ocho trabajadores, y también en los asilos de Vilagarcía y Cambados, en los que la incidencia de positivos ha sido baja a pesar del susto de los primeros contagiados.

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