Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El fútbol en Ribadumia se apellida Serantes

Isidoro Serantes, socio fundador, inculcó a sus hijos Antonio y Javier el sentimiento por los colores aurinegros

Isidoro Serantes junto a sus hijos Antonio y Javier, ayer en A Senra. // I. Abella

A sus 90 años, Isidoro Serantes Serantes sigue siendo un apasionado del fútbol y de su Ribadumia en particular. Un club al que le une un sentimiento de pertenencia fundamentado en su propia experiencia como uno de los fundadores de una entidad que nació en 1959 gracias a la inquietud de un grupo de jóvenes que solo reivindicaba un campo de fútbol en el que jugar. Ahora, algo más de sesenta años después, el club que ayudó a engendrar alcanza su cénit deportivo siendo presidido por su hijo Antonio Serantes Pombo y con su hermano Javier en las funciones de tesorero.

Echando mano de una memoria cristalina, Isidoro Serantes recordaba como empezó a labrarse la historia del club aurinegro a mediados de la década de los 50. “Éramos un grupo de amigos que nos gustaba muchísimo el fútbol. Pertenecíamos al grupo Acción Católica y en una visita del obispo de Santiago a Ribadumia nos preguntó muy amable si teníamos alguna necesidad y yo, como me gustaba tanto el fútbol, le dije que lo que queríamos era un campo donde poder jugar”.

Fernando Quiroga Palacios, por aquel entonces al frente del obispado compostelano, vio en esa inquietud la posibilidad de impulsar a la juventud en los buenos valores y, de su charla inmediata con el párroco Dositeo Valiñas, al día siguiente se gestó el deseo de aquellos futbolistas ribadumienses. El actual socio número 1 del Club Deportivo Ribadumia nunca olvidará aquel día en el que le dijeron: “Mañana id a hablar con el cura y a ver que os dice”.

El propio Dositeo Valiñas, informado previamente por el obispo compostelano, y tal y como recuerda Isidoro, “allí fui con mis amigos José Núñez y Manuel Abal y nos dijo que ya estaba al tanto de todo. Que el campo de fútbol era una muy buena idea para unir a la juventud y nos preguntó donde lo queríamos porque por aquel entonces la iglesia tenía muchísima extensión de terreno en Ribadumia. Don Dositeo nos dejó escoger y así fue como se empezó a hacer el primer campo de A Senra”.

En aquellos tiempos, también fue muy importante “el apoyo de un grupo de personas influyentes de Ribadumia para poder hacer el campo. Por aquel entonces aún no estábamos federados, pero la gente de Ribadumia nos apoyó mucho para desarrollar el fútbol allí y también hubo aportaciones económicas de particulares para terminar el campo”.

Con el Umia Club de Fútbol ya en vigor, el propio Isidoro Serantes ejercía de secretario de la entidad. “El presidente era Antonio Blanco, maestro en Besomaño, y yo siempre ponía en los documentos del club el Umia de Ribadumia. Eran momentos de tensión política en el pueblo porque se quería dar la capitalidad del ayuntamiento a Barrantes y pasar a ser Concello de Barrantes, de donde era el Umia, y hubo una discusión muy grande con un directivo, Carlos Alfaya, porque yo siempre localizaba al club Umia de Ribadumia y no como Umia de Barrantes”.

De aquella tensión que explotó en un intercambio de pareceres demasiado intenso saltó la chispa que prendió la creación del Club Deportivo Ribadumia. Isidoro Serantes aún lo recuerda, “después de aquella reunión veníamos por la carretera junto a mis amigos Antonio y Moncho y, junto al campo de A Senra que ya teníamos, decidimos esa misma noche crear el Ribadumia”.

Al día siguiente, ya en 1959, convocaron una reunión de vecinos de Ribadumia en la que se gestó el acta que dio origen al club en el que fue durante cinco años secretario el propio Isidoro Serantes. “No se me daba mal jugar, pero a los 16 años me tuve que poner gafas y en aquella época ya fue más difícil jugar como me gustaría por lo que no llegue a jugar como federado”, recuerda.

Siempre vinculado al club desde diferentes ángulos, Isidoro no se perderá esta tarde el partido. Como él mismo reconoce, “jugar contra un Primera División es un gran orgullo. No cabe duda de que va a llevar el nombre de Ribadumia de extremo a extremo de España y eso es algo muy importante. La pena es que no pueda entrar más gente a A Senra para disfrutar de un día tan bonito”.

Aquejado de una dolencia cardíaca, el socio número 1 del Club Deportivo Ribadumia sigue ejerciendo como tal, “yo si no hace mucho frío no fallo al fútbol en A Senra”. Su sentimiento es tal que reconoce abiertamente que el club es una debilidad absoluta para él, más aún ahora que sus hijos rigen los designios de una entidad que él ayudo a nacer y en la que, junto a su familia, fue parte fundamental en que el club se convirtiese en una referencia de buen hacer en Galicia.

Un presidente que fue pretendido por el Sporting de Gijón

Con el amor por unos colores inculcado desde la cuna, Antonio Serantes es desde hace cuatro años presidente del Ribadumia. Un cargo que, como él mismo reconoce, “del que nunca quise saber nada. Fui directivo del fútbol base, pero llegado un momento y animado por Félix Pérez, nos decidimos a echar mano del club cuando nadie quería hacerlo y con nuestros hijos jugando en formación”. Curiosamente, la carrera futbolística del mayor de la saga Serantes Pombo se inició en el Umia: “De aquella no había base en el Ribadumia, y ya de sénior me vine para el club donde jugué hasta los 29 años”. Cuentan de él que era un mediocentro de una excelente calidad. Tanto es así que tuvo una oferta muy seria del Sporting de Gijón que rechazó su propio padre y de la que él no supo hasta un par de años después. Tal y como Isidoro Serantes cuenta de aquel interés, “yo siempre quise que mis hijos jugasen al fútbol porque sabía que era bueno para su formación, pero Antonio era un excelente estudiante y no quería que sacrificase su carrera por el fútbol y me negué a que se fuera a Gijón. Ahora, como Javier, es médico y mi otro hijo Isidoro es profesor y eso es algo muy bonito para un padre”. Por su parte Javier, cuatro años más joven que Antonio, vistió de aurinegro desde infantiles hasta llegar al primer equipo como interior diestro donde compartió ascenso con su hermano a Primera Regional. Ahora la tercera generación Serantes ya se abre paso en la cantera con los hermanos David y Sofía y su primo Yago, siguiendo la estela de sus padres.

Compartir el artículo

stats