El presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), el gallego Eduardo Abad, ya se recupera en su domicilio de Zaragoza después de permanecer 18 días ingresado en el hospital Miguel Servet, a causa del COVID-19. 

Tras superar momentos críticos, en los que incluso tuvo que recibir cuidados médicos intensivos para que pudiera salvar su vida, Eduardo Abad Sabarís quiere hacer un llamamiento al conjunto de la sociedad, animando a los ciudadanos a extremar las precauciones para frenar los contagios e invitándolos a ser conscientes de la “importancia vital” de la sanidad pública española.

Este vilagarciano de 49 años de edad, padre de dos hijos, quiso lanzar el mensaje desde tierras aragonesas en cuanto recibió el alta médica; incluso antes de dirigirse a su domicilio.

Lo hizo para agradecer las múltiples muestras de apoyo y cariño que le brindaron desde toda España, pero también, y sobre todo, para apelar a la concienciación ciudadana y dejar constancia de que “nadie está a salvo de sufrir esta enfermedad tan cruel”.

"El COVID te mantiene absolutamente incomunicado y aislado del mundo y no solo te maltrata físicamente, hasta el punto de que puede acabar con tu vida, sino que también te castiga psicológicamente"

Eduardo Abad Sabarís - Presidente de UPTA. Superó el COVID-19 y pasó 18 días hospitalizado

Una enfermedad, por cierto, “que te mantiene absolutamente incomunicado y aislado del mundo y que no solo te maltrata físicamente, hasta el punto de que puede acabar con tu vida, sino que también te castiga psicológicamente llegando a, en cierto modo, matarte en vida”, relata, aún emocionado.

Visiblemente afectado por lo que ha tenido que soportar, este hombre de carácter extrovertido y hogareño suele compartir sus momentos libres con sus seres queridos y amigos, y salvo cuando practica su afición preferida, la pesca, casi siempre está rodeado de gente.

La soledad se convirtió en uno de los mayores "dolores"

De ahí que, al margen de la fiebre, los problemas musculares, las dificultades respiratorias y otros síntomas del coronavirus que ha tenido que soportar, la soledad se convirtiera en uno de los “dolores” más fuertes a los que se ha enfrentado durante esos 18 días de hospitalización y aislamiento.

No es de extrañar que se refiera a ellos como “días y momentos extremadamente duros”, lo cual es algo que queda patente en su actual aspecto físico, sobre todo porque ha perdido más de once kilogramos de peso.

Eduardo Abad Sabarís, durante su estancia en el hospital de Zaragoza. FdV

“Las horas no pasan y es una experiencia vital que te hace reflexionar e, inevitablemente, te cambia la vida y la forma de pensar para siempre, replanteándote todas tus prioridades y aprendiendo a valorar todo lo bueno que te rodea”, confiesa este vilagarciano que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales representantes de los autónomos en el país.

Es por todo ello que quiere brindar su apoyo, solidaridad y comprensión a todos los que, como él, sufrieron o están sufriendo los efectos de la pandemia, mostrándose “totalmente sensibilizado” tanto con los enfermos como con sus familias. 

“Todos debemos estar agradecidos por la sanidad pública de que disponemos en España”

Eduardo Abad Sabarís - Presidente de UPTA

Dicho lo cual, y en base a la experiencia que le tocó vivir, considera que “todos debemos estar agradecidos por la sanidad pública de que disponemos en España”, pues “desde los médicos a los auxiliares, pasando por enfermeros, limpiadores y demás personal, todos nos cuidan como nadie, convirtiéndose en los verdaderos ángeles de la guarda de los enfermos”.

Eduardo Abad reconoce haber pasado momentos verdaderamente difíciles y angustiosos durante su ingreso hospitalario. FdV

Esto lo lleva a precisar que los españoles “debemos hacer todo lo necesario para proteger la sanidad pública y lograr que siga estando ahí cuando cualquiera de nosotros la necesitemos, ya sea por el COVID u otras causas”.

Agotado mientras habla, termina brindando toda su gratitud al personal del hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde “me cuidaron, me mimaron y me salvaron la vida, por lo que ahora toca seguir con la recuperación y actuar con la diligencia y sabiduría que todos debemos aplicar para acabar de una vez por todas con los contagios y con esta pandemia”.