Después de un tímido arranque de campaña, no en cuanto a cantidad o calidad -fueron excelentes para el sector desde el primer momento-, sino en lo referido a rentabilidad, a estas alturas puede decirse que la cotización del centollo se ha consolidado y parece cómodamente asentada en niveles propios de las fiestas navideñas.
El de O Grove, que pasa por ser el de mayor calidad y en cuyo puerto suelen marcarse las mejores facturaciones totales cada año, se pagó ayer a un máximo de 31 euros; nada que ver con aquellos 10, 12 o 15 euros que se abonaban como tope los primeros días. Y casi al mismo tiempo, en la lonja vecina de Cambados este crustáceo alcanzaba también topes francamente interesantes para la flota de enmalle; de hasta 25 euros por kilogramo.
568 barcos en las Rías Baixas
Ha pasado justamente un mes desde que se levantaron por primera vez las redes -los populares “miños”- esta temporada. Y el centollo parece encontrarse ahora en el momento que deseaba el sector, participado en este caso por 914 barcos con permiso en toda Galicia para el manejo de tales aparejos; 568 de ellos censados en los puertos de las Rías Baixas.
Son 208 embarcaciones de Arousa, 108 de la ría de Vigo, 129 censadas en los puertos de la ría de Pontevedra y 123 las autorizados en Muros-Noia. Y la práctica totalidad de sus armadores y tripulantes habían puesto todas sus esperanzas en esta campaña para tratar de salvar un año horrible.
Ahora los resultados parecen acompañarlos, a juzgar por los precios alcanzados ayer. Máxime cuando se observa -si se toma como ejemplo la lonja grovense- que no se trata de 31 euros pagados como máximo por un volumen simbólico de los mejores centollos. No es que se lograra esa importante cifra -a la que hay que sumar impuestos- para un par de kilos de producto o una cantidad similar, sino que esa fue la cotización marcada para 123 kilos.
Si importante es que se alcanzara el tope de 31 euros por kilo, más interesante resulta aún, al menos desde el punto de vista de los intereses del sector pesquero, que se vendieran más de 543 kilos por encima de los 20 euros, ya que esto demuestra que los altos precios alcanzados no son un espejismo y que se han consolidado plenamente.
Es algo que se nota desde el arranque de la tercera semana de campaña, cuando la cetárea asturiana Viavélez marcaba un punto de inflexión, tras parar la subasta en 25,30 euros por kilo (más impuestos). Era el precio más alto alcanzado hasta entonces y le permitió llevarse alrededor de 160 kilos.
Ayer, como se explicaba anteriormente, el tope alcanzado con la subasta del centollo, que ponía a la venta 1.157 kilogramos, estuvo en esos 31 euros a los que se pagaron los 123 primeros kilos, vendiéndose a casi 29 euros los 83 posteriores, a 28 euros otros 45 y a 27 euros, los 30 kilos siguientes.
Desde ahí la subasta fue bajando muy lentamente, entregándose 122 kilos a 26 euros, 21 kilos más a 24, cerca de cien a 22 y 44 kilos a 20 euros cada uno.
Marca propia de calidad
En definitiva, que ese producto que luce en este puerto arousano una marca de calidad y diferenciación propia, la de “Centollo de O Grove”, sigue marcando precios más que aceptables para el sector, aunque no lo sean tanto para el consumidor.
Lo mismo sucedía ayer con especies como el camarón, 44 kilos subastados a un máximo de 88 euros y un mínimo de 12; el choco, 126 kilos, con un tope de 13 euros; la nécora, que está siendo escasa (apenas 16 kilos) y se vendió a un máximo de 45.
A Illa de Arousa
Precios navideños que se aprecian en las demás lonjas, como lo demuestra el hecho de que la mejor almeja fina se pagara ayer a 50 euros el kilo en A Illa, donde incluso la anémona de mar cotizó a 11 euros y la navaja, a 11,5.
Sin olvidar la comercialización de 19,20 kilos de camarón, de los que cuatro kilogramos se pagaron a 121 euros más impuestos.
