El pequeño local –400 metros cuadrados– en el que cada año se expone el Belén Artesanal en Movimiento del Concello de Valga sufre de manera considerable las limitaciones de aforo que es preciso imponer a causa de la pandemia. Pero, a pesar de ello, no pierde un ápice de interés. Ni siquiera viéndose obligados los vecinos y visitantes a esperar más del habitual a las puertas del local antes de poder entrar.
Así queda patente en la gran afluencia de público registrada en las primeras horas, pues aunque los visitantes tengan que entrar casi a cuentagotas debido a las limitaciones de aforo, lo cierto es que desde su inauguración esta composición artística que reúne alrededor de 4.500 figuras artesanales no ha dejado de recibir visitas.
Está claro que el COVID, tan presente en esas figuras y los escenarios que se muestran en esta nueva edición del Belén –la número 25–, no ha sido capaz de restar peso específico a este proyecto de Interés Turístico de Galicia que es fruto de la imaginación y el empeño del grupo de entusiastas vecinos valgueses que integran la Asociación de Amigos do Belén, presidida por María del Carmen Castiñeiras.
Unos hombres y mujeres de todas las edades, algunos curtidos ya en mil batallas, a quienes ni la pandemia ha frenado y se convierten en motivo de orgullo para el conjunto de la localidad un año tras otro.
Ni que decir tiene que es gracias a ellos que en Valga se vive la Navidad de una manera muy especial. Aunque hay otros muchos motivos para ello, como el ya tradicional concurso de belenes que organiza el Concello, y en el que pueden participar particulares, casas comerciales y todo tipo de colectivos siempre y cuando se inscriban en la casa consistorial o el Auditorio Municipal antes del día 20.
