Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Bruno Díaz: “Debemos evitar que la energía verde sea una amenaza para la biodiversidad azul”

El director del BDRI advierte de los riesgos que pueden entrañar los aerogeneradores marinos

Delfines mulares en la ría de Arousa. BDRI

Bruno Díaz López, director el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), advierte de “los riesgos que puede entrañar la energía verde para la biodiversidad azul”. De ahí que abogue por evitarlos o minimizarlos adoptando medidas con las que proteger a especies cada vez más presentes e importantes en Galicia, como los delfines, las ballenas y no pocas aves pelágicas.

Este experto, doctor en Ecología por la Universidad de Burdeos, considera que estos animales “se encuentran seriamente amenazados ante una posible y precipitada implantación por parte del Gobierno de España de parques eólicos offshore con los que cumplir el ‘Acuerdo de París’ y las recomendaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)”.

“La fauna marina se encuentra seriamente amenazada ante una posible y precipitada implantación por parte del Gobierno de España de parques eólicos offshore"

Bruno Díaz López - Doctor en Ecología por la Universidad de Burdeos. Director del BDRI

decoration

Considera que el “Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030” presentado por el Estado central conlleva un incremento de las energías renovables que es “una moneda de dos caras”.

Y es que establece como objetivo, en el horizonte de 2030, "que las energías renovables representen un 4% del consumo de energía final en España", y si bien esto supone un claro beneficio para la atmósfera, “comparado con la quema de combustibles fósiles”, no es menos cierto que la instalación de aerogeneradores marinos conlleva “un potencial daño para las poblaciones silvestres y los ecosistemas”.

A juicio del director del BDRI, asentado en O Grove, “el dilema no es energías renovables sí o no, pues sin duda hay que apostar por ellas”. Lo que sucede es que cree preciso actuar con cautela y previsión para determinar “dónde, cuándo, cómo y en qué medida” se aplican.

Delfines divirtiéndose en la ría de Arousa. BDRI

“Cada decisión ha de ser específica en función del dónde, cuándo e incluso cómo, dada la mezcla única de actividades humanas, características geográficas y la riqueza de biodiversidad de cada zona”, reflexiona el biólogo.

Dos caras de una misma moneda

Lo dice así, convencido de que “las autoridades competentes han de estudiar bien las dos caras de esta moneda antes de expresar una opinión y tomar decisiones sobre la viabilidad de las centrales de energía renovables”.

Abundando en ello, reivindica “una rigurosa y exhaustiva evaluación del impacto ambiental” que, asimismo, deberá ser “independiente y creíble”, introduciendo “una adecuada planificación y ordenación territorial” que evite la precipitación que puede derivarse de la necesidad de cumplir “determinados mandatos políticos o económicos”.

“Cuando una especie animal se extingue debido a la destrucción de su hábitat, poco importa que ello sea provocado como consecuencia del cambio climático o debido al desarrollo de centrales de energías renovables”

Bruno Díaz - Director del BDRI (O Grove)

decoration

Lo que quiere decir este doctor en Ecología especializado en el seguimiento de los mamíferos marinos en las Rías Baixas, como lo es de las poblaciones existentes en el Mediterráneo y el Golfo Pérsico, es que “cuando una especie animal se extingue debido a la destrucción de su hábitat, poco importa que ello sea provocado como consecuencia del cambio climático o debido al desarrollo de centrales de energías renovables”.

Y esto es tanto como decir que una apuesta descontrolada por las energías verdes puede suponer una amenaza añadida para especies en peligro de extinción como la ballena azul, la marsopa común o la pardela balear.

Las aves pelágicas fotografiadas en las expediciones realizadas por el centro de investigación grovense. BDRI

Sugiere, incluso, que “podrían desaparecer de nuestras aguas como consecuencia de los efectos directos e indirectos generados por la creación de centrales eólicas offshore”.

En consecuencia, “si uno de los objetivos de la lucha contra el cambio climático es salvaguardar la biodiversidad en nuestro planeta, poco sentido tiene acabar con la biodiversidad como consecuencia de una implantación masiva y sin la ordenación adecuada y sostenible de las centrales de energías renovables”, reflexiona. 

Minimizar el impacto

De ahí que Bruno Díaz considere fundamental “que tanto los Gobiernos como las empresas de desarrollo energético tomen las decisiones con la mayor rigurosidad para minimizar todo tipo de impacto”.

Y en consecuencia, “si las propias empresas promotoras buscan capitalizar su reputación de ser ambientalmente ‘verdes’, deberán aceptar la responsabilidad de invertir todo lo necesario para asegurar que sus instalaciones tengan un impacto mínimo o inexistente en la fauna y los ecosistemas marinos”.

Compartir el artículo

stats