Aspecto que presentaba una de las tres terrazas que ayer abrieron en A Baldosa. | // N. PARGA

Vilagarcía ha ido un paso más allá en la visibilización del enfado de su sector hostelero ante las nuevas restricciones en la desescalada del COVID. El comercio se ha convertido en el aliado perfecto para ejercer de altavoz de una situación que está llevando al límite a muchos negocios de ambos gremios.

La asociación Zona Aberta se ha solidarizado de pleno con la protesta de la hostelería. Todos sus miembros decidieron secundar la necesidad de que la hostelería pueda contar con una mayor libertad de horarios, dado que son sectores que se retroalimentan al fomentar la presencia en las calles y aumentar con ello las posibilidades de ventas.

Por este motivo, a las 17.30 horas de ayer se escenificó una protesta común. En ella, los comerciantes bajaron sus verjas para dar lugar a un cierre simbólico que se sumó a la cacerolada que los hosteleros, cada uno desde la puerta de su establecimiento, llevaron a cabo para mostrar su absoluto rechazo a las medidas adoptadas en materia de sanidad para frenar el aumento de contagios.

Durante cinco minutos, hosteleros y comerciantes vilagarcianos unieron su deseo de ser escuchados por la Xunta, organismo con competencia en materia de restricciones, para que las medidas sean reconsideradas en favor de una mayor franja horaria para trabajar y, por contra, un mayor control policial y aumento de las sanciones en caso de no cumplir los protocolos establecidos. Esta protesta se mantendrá durante los próximos días a la misma hora, tal y como desean ambos sectores.

La demostración, en base al número de contagios antes y después del cierre de la hostelería, es el argumento que refuerza la protesta de un sector que apela a la total unidad para que su derecho al trabajo pueda ser respetado. En este sentido, dejan bien claro que “no hay muchos lugares en los que se desinfecte continuamente y se respeten las distancias y los aforos tanto como en un bar. Nosotros mismos somos los más interesados en que se cumplan a rajatabla los protocolos porque vivimos de nuestro trabajo”, señalaba ayer uno de los propietarios de un local.

La agonística situación actual ha llevado a escucharse términos como los de “desobediencia civil” o incluso el inicio de un movimiento que no descarta el negarse a pagar los recibos de la Seguridad Social a partir del 31 de diciembre. Ya están empezando a circular llamamientos a través de redes sociales para dar así mucha más dimensión a la protesta.

Algunos establecimientos han colgado en sus cristaleras carteles de protesta en el que fundamentan su decisión a no abrir sus puertas, limitándose al servicio a domicilio y de recogida. Misivas en torno a la retirada del derecho al trabajo que implican las nuevas restricciones, así como las referidas a la ineficacia de las mismas o a la manifiesta culpabilidad con la que señalan al sector con la reducción de su actividad, son solo algunas de las quejas que rezan en sus escaparates.

Por otro lado, en la mañana de ayer solo algunos establecimientos decidieron abrir sus puertas en Vilagarcía adaptándose a unos aforos del 50% en terraza y un 30% en su interior. En la calle de A Baldosa solo tres locales abrieron con esas condiciones y uno de los consultados estaba plenamente satisfecho con el nivel de facturación alcanzado durante la jornada. “Ojalá todos los días sean así”, apuntaba su gerente.

En Vilanova también se palpó el ánimo de los clientes por volver a consumir en un establecimiento. Así lo expresó Diego Nogueira, del Pé de Cuba. En Cambados y en O Grove, el hecho de poder servir únicamente en el exterior limitó al máximo las posibilidades de los establecimientos, aunque la llegada del puente de diciembre animará a que más locales abran sus puertas.

Un total de 64 contagiados en el ámbito educativo de la comarca

La comarca de O Salnés y su área de influencia registra un total de 64 casos en el ámbito educativo, siendo los municipios de mayor incidencia Cambados con 14 contagiados repartidos en 6 centros, y Sanxenxo con 12 confinados distribuidos en 5 centros. Vilagarcía y Vilanova registran cada uno 6 casos en centros escolares; O Grove contabiliza 5; Ribadumia y Meaño 4 cada uno, en tanto que en A Illa y Meis el parte es de 2 casos. El concello de Valga, que pertenece a otra área sanitaria registra 7 infectados en el ámbito educativo, en tanto que en el vecino municipio de Pontecesures hay 2 casos. Vilagarcía, el municipio de mayor población contabilizó ayer 85 casos activos de coronavirus, 3 más que el día anterior, en tanto que Vilanova permanece con 15 infectados, Meaño con 19. La parte positiva es que Cambados baja 5 casos y ahora está en 55 y Sanxenxo tiene ahora 72 contagiados, 15 menos que el día anterior. El área sanitaria Pontevedra-O Salnés hay 1.065 casos activos de los que 50 están hospitalizados, 9 de ellos en la UCI.