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Las limosnas de O Salnés

Las limosnas de O Salnés

Queda claro que O Salnés le importa un rábano a las administraciones central y autonómica y a la espera del número de composteros que reparta la Diputación o los planes municipales de inversión todo parece indicar que 2021 va a ser otro año de fiascos en cualquier proyecto que signifique progreso.

La comarca vuelve a quedar rezagada con unos gobernantes que se deben creer que es un territorio comanche habitada por ingénuos, por unos analfabetos que no saben comparar ni siquiera son capaces de ver que a otras zonas les llueven millones de euros, aunque nadie diga que no se los merezcan ni sean urgentes e imprescindibles.

Las cuentas son translúcidas en el horno contable de los Presupuestos. Los nueve ayuntamientos de O Salnés tendrán en 2021, millón y medio de Madrid y otros dos más de Santiago. Ni un céntimo más. En total 3,5 millones que divididos entre sus 120.000 habitantes suponen que a cada ciudadano le tocan 25 eurillos en todo el año, 15 de la Xunta y 10 del Estado ¡Vaiche boa, Vilaboa!

Parece una broma pero ya son muchos años con las migajas más sosas de las tartas con las que se festeja cada comienzo de año en todos los territorios de la piel de toro.

Y los políticos siempre tienen algo que decir, sin sonrojarse aunque suelten las mayores perogrulladas del mundo y no se las crea ni el gato. Una esfera representa a la Tierra pero no es el planeta.

Basta de explicaciones absurdas. O Salnés necesita infraestructuras, servicios e inversiones de forma equitativa porque viven personas que también saben hacer uso de ellas y se rascan el bolsillo.

Ni el Estado ni la Xunta pueden incluir el coste de los funcionarios dentro del capítulo de inversiones en la comarca. Eso es una tomadura de pelo para los ciudadanos ¡Que no los hubieran contratado! Así ya no habría que pagar nóminas. Pero, primero, que se vayan los directivos elegidos a dedo y que también cobran de las arcas públicas..., y antes que ellos, los políticos.

O Salnés tiene muchos proyectos pendientes, desde la autovía a Pontevedra, a la resonancia magnética o el servicio de hemodiálisis del hospital do Salnés, sin olvidar el saneamiento integral de la ría, la puesta en valor del patrimonio histórico, el fin de las concentraciones parcelarias, iniciativas en pesca o viticultura, otros muchos vinculados al turismo o a la promoción de la industria como también servicios sociales y asistenciales o en Justicia en los que existen enormes boquetes por los que entra agua a discreción.

Posiblemente nunca se atiendan estas demandas pero lo que no se puede consentir es que aún por encima se insulte la inteligencia de los vecinos y de sus pueblos.

La comparación es muy visible pues basta fijarse en otras comarcas, en otras ciudades, a las que si llegan obras de diez, quince o veinte millones por capítulo. Así, sin ningún rubor: un millón para un centro de salud rural, 15 para un desdoblamiento de autovía, diez para la intermodalidad del transporte, otros seis para mejorar el polígono industrial en el que se asienta la empresa de un amigo. Así hasta seis libros de colores en los que la localización resulta muy sencilla en la lupa del ordenador.

Hagan el ejercicio y pongan cualquier concello saliniense, a ver cuántas menciones. En el buscador de Google solo hallarán las fanfarronadas de los políticos para acallar la realidad, pues los únicos proyectos con nombre y apellidos son los mismos que ya figuraban hace un sexenio y que vuelven a los tomos simplemente porque nunca se han ejecutado.

¡Basta ya de limosnas! porque la casa está sin barrer.

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