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El laboreo en los bancos marisqueros de la ría, crucial para lograr 30 millones de euros

Los planes de regeneración y arado del substrato, eliminación de algas, vigilancia, resiembra y similares evitan el desastre en una campaña marcada por el coronavirus

Los mariscadores unen esfuerzos para proteger sus bancos productivos.

Los mariscadores suelen decir que “nadie les regala nada”. Y es que los bivalvos que llegan a la mesa del consumidor “no aparecen en los bancos marisqueros por casualidad”, sino que “es preciso realizar un intenso trabajo para “cultivar el mar”.

Esto permite que, a pesar del serio revés que supuso la pandemia por coronavirus, ya que paralizó la actividad casi por completo durante el confinamiento y frenó las ventas después, las lonjas arousanas estén facturando a estas alturas del año alrededor de 30 millones de euros por la venta de casi 3.000 toneladas de producto.

Trabajos de arado y colocación de redes de protección, en O Grove.

Cuando se cierre el ejercicio nadie espera un balance anual excelente, sobre todo si se compara con el año pasado, cuando por estas fechas ya se habían despachado cerca de 3.900 toneladas por importe de 36 millones.

Pero, al menos, el sector marisquero de a pie y de a flote puede “salvar los muebles”, sobre todo si el nivel de contagios empieza a remitir y la campaña navideña puede desarrollarse en los mercados y el canal Horeca con cierta normalidad.

Para conseguirlo, son fundamentales acciones como las desplegadas ayer en diferentes puntos de la ría, centradas en la siembra de bivalvos –tanto semilla como ejemplares adultos trasladados de unos bancos a otros– , la protección de los mismos mediante la instalación de redes –tanto para evitar el efecto de las corrientes como a los depredadores– y otras acciones semejantes.

Mariscadores de a flote recogen almeja de un banco productivo para trasladarla otro que no lo es. FdV

“El marisqueo supone un trabajo constante y muy duro”

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“Es necesario arar el lecho marino para oxigenarlo y permitir que el marisco respire y crezca”, explican los mariscadores de a pie. “Tenemos que sacar almeja de un banco productivo para llevarla a otro situado entre A Toxa y Cambados que no lo es tanto”, reflexionaban ayer “rañeiros” de la cofradía supramunicipal de San Martiño.

“Cuando las algas asfixian la producción debemos retirarlas urgentemente; al igual que tenemos que ejercer una vigilancia constante para luchar contra los furtivos”

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Estos son solo dos ejemplos, porque “cuando las algas asfixian la producción debemos retirarlas urgentemente; al igual que tenemos que ejercer una vigilancia constante para luchar contra los furtivos”, apostillan las mariscadoras de a pie. En definitiva, que “el marisqueo supone un trabajo constante y muy duro”, como proclama el sector y se apreció nuevamente ayer en la ría arousana.

Colocación de redes en bancos marisqueros para proteger los bivalvos. FdV

Carril, Cambados, A Illa y O Grove, entre las referencias


Cuando se habla de marisqueo en la ría de Arousa hay que fijar la mirada, necesariamente, en Carril. Este puerto vilagarciano ha conseguido facturar más de seis millones de euros en lo que va de año por la venta de 66 toneladas de bivalvos.

Como importante es el papel desempeñado por la rula de Cambados, la cual, según los datos provisionales en poder de Pesca de Galicia, va ya por los cuatro millones de euros, después de la comercialización de 382 toneladas.

Con algo más de 3 millones de euros, o a punto de alcanzarlos, están A Illa y O Grove, donde las ventas desde el pasado 1 de enero fueron de 294 y 224 toneladas de bivalvos, respectivamente.

Por su parte, Vilanova vendió unas 238 toneladas, para ingresar por ello 2,4 millones de euros, mientras que Vilaxoán consiguió 612.000 euros tras subastar 58 toneladas.

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