Juegos rotos y oxidados, cierre perimetral destrozado y el musgo haciéndose amo y señor del suelo de caucho es la imagen que, a diario, se encuentra cualquier usuario que se acerque al parque infantil de la Cámara Agraria de Vilanova, en las inmediaciones de la ensenada de O Esteiro. La situación no es nueva, pero los padres de la zona comienzan a estar cansados de la desidia en el cuidado de parques infantiles como este. De hecho, aseguran que, durante toda la pandemia, no se desinfectó en ninguna ocasión, estuviese precintado o no, señal “del poco interés que se muestra por este tipo de instalaciones desde el Concello”, explican. El parque fue construido a principios de siglo por la Diputación de Pontevedra, cuando el vilanovés José Juan Durán ejercía como vicepresidente de la misma. En los últimos años, las quejas sobre su estado y el abandono al que está sometido se han intensificado.