La decisión de desviar el dinero del vial proyectado en As Bouzas para completar el desdoblamiento de la avenida de Beiramar y, sobre todo, para realizar el mirador-terraza del Auditorio Municipal de Monte da Vila, abre un nuevo frente de polémica en la localidad meca.
Desde la oposición municipal critican que “el Auditorio se ha convertido en una especie de agujero negro donde el gobierno local no deja de meter dinero”, al tiempo que sostienen que “una vez más se demuestra que todo funciona a golpe de improvisación”.
El alcalde anunciaba ayer en FARO que la decisión de desviar el dinero de As Bouzas a otras partidas se tomará en el pleno previsto para el día 27, lo cual también irrita a los opositores, ya que aseguran que desconocían por completo que el gobierno intente realizar esta modificación de crédito.
El PSOE lo hará, porque tiene una mayoría más que suficiente para ello, tras comprobar que es imposible alcanzar un acuerdo con todos los propietarios de los terrenos necesarios para abrir ese nuevo vial hacia la calle Castelao.
De ahí que la decisión sea guardar el proyecto en un cajón y sacar adelante esta modificación de crédito, con el propósito de destinar unos 100.000 euros al Auditorio y 20.000 a Beiramar.
La terraza de la discordia
En el primer caso se hará para completar el mirador-terraza incorporado en el último momento al proyecto, el cual va a ser algo “único”, a juicio de Cacabelos, pero que en su día fue duramente criticado por parte de la oposición municipal, al considerarlo una invitación a que los jóvenes hagan allí botellón.
Fue Esquerda Unida (EU), el grupo liderado por José Antonio Otero, el que puso el grito en el cielo el pasado verano cuando alertó de un “sobrecoste” de 560.000 euros en la obra del Auditorio.
Esta formación no daba crédito a la decisión de gastar 561.633 euros más “para habilitar una cubierta y permitir botellones en el futuro”, pronosticando que el gobierno del PSOE “va a sacar el dinero para modificar el proyecto de la consignación de 600.000 prevista para abrir el vial de As Bouzas”.
Así lo repitió posteriormente en un pleno el propio José Antonio Otero. Pero el alcalde negó el desvío de ese dinero que, por cierto, el Partido Galeguista proponía destinar a planes de emergencia social con los que hacer frente a la pandemia.
Los sobrecostes
Los izquierdistas denunciaban que ese incremento presupuestario “se suma a los 87.846 euros de dirección y coordinación de obra y a los 63.926 euros del proyecto, lo cual eleva el coste total del edificio a 4.725.076,65 euros; y seguirán apareciendo gastos que provocarán que finalmente supere con creces los 5 millones de euros”.
Fu en julio de 2018 cuando el alcalde, José Cacabelos, anunció la apertura de una nueva calle desde As Bouzas hacia la Castelao que iba a desembocar a la altura de la antigua discoteca Scorpio, cerca del puente de A Toxa. Lo presentaba como “un trazado totalmente nuevo” y “el primero que se abrirá en el Concello en mucho tiempo”, discurriendo por parcelas privadas cedidas por los propietarios, con quienes iba a reunirse para negociar ofreciéndoles una revalorización de sus terrenos, puesto que con el PXOM pasarían a ser urbanizables y de licencia directa.
Ese parece el problema, pues el acuerdo de cesión de terrenos no fue posible con todos los propietarios, quizás porque el PXOM aún no fue aprobado.
Los galeguistas querían el dinero para emergencia social
Cuando el Partido Galeguista Demócrata (PGD) formó parte de la corporación municipal, durante el anterior mandato, llegó a importantes acuerdos con el gobierno de José Cacabelos. Y entre ellos estaba, precisamente, el referido a la apertura del nuevo vial de As Bouzas, logrando que se consignaran 600.000 euros para hacerlo realidad.
El pasado verano, dado que nada se sabía del vial y que la pandemia azotaba con fuerza, los galeguistas pidieron al gobierno del PSdeG-PSOE que aparcara la construcción de la calle para emplear el dinero en planes de emergencia social y reactivación económica.
Félix Lamas Gondar, el que fue último concejal electo del PGD, lamentaba “la incapacidad del equipo de gobierno para hacer realidad un acuerdo satisfactorio con los vecinos propietarios de los terrenos y llevar esta obra adelante, a pesar de que el alcalde dijo que estaría hecha en primavera de 2019”.
Y dada la situación de bloqueo, proponía destinar los 600.000 euros a “un Plan de Emerxencia e Reactivación Económica real y efectivo que ayude a remontar la situación en O Grove”.
Alegaba el galeguista que ese dinero “no sale de la recaudación directa de impuestos y tasas, como tampoco es una subvención de otras Administraciones con un destino finalista”. Se trata de “un crédito cuyo pago afrontamos todos los vecinos, y no se le puede dar un mejor uso que ofrecer un respaldo a los grovenses, pequeñas empresas y autónomos que piden ayuda a causa de las circunstancias que nos rodean”.
Así, aún defendiendo la idoneidad y necesidad de la apertura del vial de As Bouzas para “desatascar la zona de Monte da Vila”, el PGD asumía que es una obra que “puede realizarse cuando la situación sea mejor”.
Pero ahora mismo “lo prioritario es crear ese plan de emergencia y reactivación económica a partir del consenso de todos los grupos políticos de la Corporación, dejando de lado las disputas políticas y apostando por el bienestar de O Grove”. Finalmente, sí se para la obra y se desvía el dinero, aunque no para emergencia social, sino para las obras de Beiramar y el Auditorio Municipal Escuela de Música.
Cacabelos creía que iba a ser “una de las obras más importantes de nuestro pueblo en la última década”
El hecho de que ahora se aparque el proyecto de As Bouzas y se destine el dinero a otras cosas parece un hándicap considerable, ya que el propio José Cacabelos lo consideraba vital para el futuro de la villa.
Llegó a asegurar que la nueva calle daría “mejor servicio” al Auditorio Municipal Escuela de Música que se construye en Monte da Vila y a todas la infraestructuras allí ubicadas, como el instituto, la Casa da Cultura, el campo de fútbol o los dos pabellones polideportivos.
Tantas eran las esperanzas que el regidor había depositado en esta nueva calle que en verano de 2018 llegó a presentarla como “una de las obras más importantes en la gestión urbanística de nuestro pueblo durante la última década”.
Convencido de que ese nuevo vial ayudaría a descongestionar el tráfico en el centro urbano, de que daría un servicio necesario a los autobuses que transportan a los alumnos del Instituto y de que constituiría “una solución importante” para la accesibilidad en el área de equipamientos más importante de la localidad, el primer edil se mostraba dispuesto a intensificar los contactos para que las obra pudiera comenzar en primavera de 2019.
Así, asegurando a los propietarios de los terrenos que estos se verían revalorizados, Cacabelos insistía en la trascendencia del proyecto y destacaba que se complementaría con la creación del vial también proyectado desde un lateral de la Casa da Cultura para avanzar por una parcela propiedad del club de piragüismo Breogán.
Finalmente esta obra no podrá hacerse realidad, tal y como confirmó el propio regidor a FARO DE VIGO. Al menos no a corto o medio plazo.
