Ayer, desde las 10.00 horas, se largaban los aparejos. Sobre todo, las redes conocidas como "miños", que son el arte más empleada para su captura en toda Galicia. Y desde la pasada medianoche pueden levantarse, lo cual ha propiciado que los primeros centollos (Maja brachydactyla) de la temporada estén ya en tierra firme para protagonizar las diferentes subastas.

Es la campaña del centollo, para muchos la última oportunidad de salvar un año pésimo a causa del coronavirus. Y las primeras capturas del preciado crustáceo, en cuya campaña se incluye al buey de mar (Cancer pagurus), no se hicieron esperar, aunque inicialmente la flota de enmalle no cree que vaya a resultar particularmente brillante, sino todo lo contrario.

Malas condiciones para los pescadores, buenas para el crustáceo

Con el sector de la restauración cerrado de manera generalizada, lo cual va a limitar las ventas, los pescadores desafían esta mañana al mar y las adversas condiciones meteorológicas en las provincias de A Coruña y Pontevedra, tanto en el interior de las rías como fuera de ellas.

Un centollo capturado esta misma mañana en la ría.

Un centollo capturado esta misma mañana en la ría. FdV

En cualquier caso, ya se sabe que cuanto peores son las condiciones para la flota, mejores resultan para el centollo, que con el mar revuelto “enmalla” mucho más. O, dicho de otro modo, que cuanto más enfurecido esté más riesgo hay para los pescadores, pero mayores son las probabilidades de que el “rey de los mariscos” quede atrapado en las redes.

“Hay mar de fondo y poco frío, por lo que nos estamos encontrando unas condiciones óptimas, y esperamos que sigan así y podamos aprovecharlas”, indican los marineros, en todo momento pendientes de la evolución de la pandemia y los mercados.

"Hay mar de fondo y poco frío, por lo que nos estamos encontrando unas condiciones óptimas"

Con estas condiciones, el sector se está encontrando, según explican desde las propias embarcaciones, “un producto de alta calidad” que, anhelan, “puede tener una gran demanda desde este momento hasta las fiestas navideñas, sobre todo si, a causa del coronavirus, no se siguen introduciendo restricciones y si la gente se conciencia de que puede saborear el producto tranquilamente en sus casas”.

Medio millar de embarcaciones autorizadas en las Rías Baixas


De los 914 barcos autorizados en toda Galicia para el manejo de los "miños", nada menos que 568 están censados en los puertos de las Rías Baixas.

La de Arousa se lleva la palma, con 208 embarcaciones aptas par el empleo de esas redes, cuyo protagonismo se dispara precisamente ahora, con el inicio de la temporada del centollo.

Por su parte, en la ría de Vigo hay 108 barcos autorizados, según indica el Registro de Buques Pesqueros de Galicia. Se completa la relación con 129 en la de Pontevedra y 123 barcos autorizados para estas redes de enmalle en la ría de Muros-Noia.

Respecto a las demás rías gallegas en las que se autoriza el largado de esos aparejos, pueden destacarse los 95 barcos inscritos en la Costa da Morte, 91 en Coruña-Ferrol, 61 en Fisterra y 43 en Cedeira.

En cuanto al censo por puertos, cabe citar como ejemplos a los de A Illa (21 barcos), A Guarda (22), Arcade (23), Bueu (63), Cambados (35), Cangas (41), Combarro (18), A Coruña (27), Fisterra (33) y O Grove, con 52 barcos y considerado el más importante de Galicia para la especie, ya que es aquí donde genera un año tras otro los mayores ingresos.

En ello abundan, sobre todo, desde O Grove, tradicionalmente el puerto de Galicia más importante para las descargas de esta especie. En su cofradía saben que la calidad que se presupone a su centollo “ayuda mucho a la hora de venderlo, pero aún así va a ser complicado, ya que con los restaurantes cerrados se desploma la demanda”.

De ahí que tanto en este como en los demás puertos depositen sus esperanzas en las empresas que envían pescados y mariscos a domicilio, así como en los establecimientos hosteleros que ofertan a sus clientes comida para llevar.

Centollos capturados esta mañana en Arousa. FdV

En Galicia hay 914 embarcaciones autorizadas para el empleo de “miños”, 8 para el manejo de las conocidas como “raeiras” y 66 con autorización para largar “nasas de centola”.

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En las provincias de A Coruña y Pontevedra, donde se autoriza ya la pesca de centollo, desde la desembocadura del río Miño hasta el paralelo que pasa por el cabo de Corrubedo, y desde ese punto hasta el meridiano que pasa por el cabo de Estaca de Bares, hay 858 naves autorizadas, mientras que las de Lugo tendrán que esperar al día 29 para iniciar la campaña, entre Estaca de Bares y el río Eo.

Los "miños" capturan el 70% del producto llevado a lonja en Galicia


Las redes conocidas como “miños”, con las que se captura el 70% del centollo obtenido en Galicia, son un arte de enmalle que se fija al fondo, formada por tres paños de red superpuestos, con una dimensión mínima de malla autorizada en sus paños exteriores igual o superior a 500 milímetros, mientras que la del paño central o interior debe tener, al menos, 90 milímetros.

Esas redes deben levantarse de su calado cada 24 horas para recoger las capturas y evitar su deterioro. Y para respetar el descanso semanal deben estar a bordo, en su totalidad, a las dos de la tarde de cada viernes.

El plan de gestión limita las capturas a 35 kilos de centollo por cada barco y día de faena, con 35 kilos diarios más por cada tripulante enrolado y a bordo.