La comunicación de 15 despidos de personal fijo en la carrocera Carsa, ubicada en el polígono industrial de Bamio, en Vilagarcía, provocó ayer por la mañana una reacción inmediata de los trabajadores que pararon la fábrica y constituyeron una asamblea. El comité de empresa mantuvo una conversación al mediodía con la dirección de la carrocera para que retirara las cartas de despido. Pero, ante la insistencia de Carsa decidieron la convocatoria de una huelga indefinida porque rechazan la drástica reducción de la plantilla.

La representación sindical recuerda que los 15 despidos de trabajadores fijos comunicados ayer se producen después de rescindir el contrato a 56 empleados eventuales el 31 de octubre, y no están dispuestos a admitir la pérdida de los 165 puestos de trabajo actuales.

Por su parte, la dirección de Carsa expone que desde septiembre ha estado en conversaciones con el comité de empresa debido a la reducción de carga de trabajo que obliga a un ajuste en la planta de Bamio, así como una previsión en formato ERTE cuando ya no haya ningún autobús para carrozar en la fábrica.

Según fuentes de la carrocera se propuso que toda la plantilla redujese una hora su jornada laboral para evitar los despidos y comenzó a negociarse un ERTE con complementos en el caso de que la industria quedara sin ninguna carga de trabajo, algo que esperan ocurra a finales de este mes.

El comité de empresa llevó esta propuesta a la asamblea de trabajadores celebrada la pasada semana y fue rechazada por una ajustada mayoría, por lo que para la dirección de la firma quedó abierta la puerta a los despidos.

La versión de la representación de los trabajadores tiene un matiz distinto debido a que, según explica el asesor sindical de CIG, Xoán Xosé Bouzas, en esa asamblea quedó claro el rechazo de la plantilla a los despidos o pérdida de puestos de trabajo, así como a la propuesta de reducción de jornada, indicando que se admitirá la negociación de un ERTE cuando no exista carga de trabajo. Pero las negociaciones no continuaron por ese camino y ayer la plantilla se encontró con la sorpresa de que se repartían 15 cartas de despido entre los trabajadores fijos.

De hecho, según el sindicalista, esos 15 despidos obedecen al número máximo que la carrocera puede plantear de forma individual porque si llega al 10% de la plantilla se trata de despido colectivo y debe abrir obligatoriamente una negociación previa con el comité de empresa.

El malestar por la comunicación del cese de estos trabajadores provocó un plante inicial en la fábrica y la inmediata celebración de una asamblea.

En medio de esta reacción del personal, los delegados sindicales mantuvieron un contacto con la dirección, obteniendo como respuesta que continúa con su hoja de ruta de estos 15 despidos, además de un expediente de regulación de empleo temporal para cuando se quede sin carga de trabajo con el fin de garantizar la viabilidad de la firma carrocera.

Los delegados sindicales entienden que la situación por la que atraviesa Carsa no se debe a un problema de gestión de la empresa, sino a causas externas, debido a la crítica situación económica actual por la pandemia, pero consideran que hay otras fórmulas para garantizar la viabilidad de la carrocera sin tener que recurrir al despido de trabajadores y están dispuestos a negociar un expediente de regulación temporal de empleo.

Los trabajadores afectados rechazaron las cartas de despido y el resto de la plantilla continuó la jornada laboral del turno de tarde con normalidad tras acordar la convocatoria de huelga indefinida a partir de la próxima semana.