La situación en el sector de la hostelería es crítica. En algunas ciudades los empresarios han salido a la calle a protestar. En la comarca de O Salnés comparten el malestar, pero optan por llevar esta crisis de otra forma, buscando alternativas y demandando a las autoridades que se decrete el cese de actividad, ya que están en un confinamiento de facto porque cada vez hay menos clientes por las restricciones impuestas.

“En principio, nosotros no pensamos salir a la calle a protestar, aunque la situación es difícil. Ayer (por el lunes) no había nadie en la calle a las 10 de la noche, una hora antes del límite. La gente cada vez sale menos por las restricciones. Entendemos que tenemos que poner de nuestra parte en la lucha contra la pandemia, pero también necesitamos ayudas”, expuso el presidente de la asociación de hosteleros e iniciativas turísticas de Vilagarcía, Ahituvi, Ricardo Santamaría.

El directivo aboga por que se declare el cierre de actividad porque muchos de los miembros de este sector ya no pueden seguir resistiendo por más tiempo, haciendo frente a gastos que se incrementaron con las normas sanitarias y prácticamente sin ingresos.

En cuanto a la iniciativa de conseguir que la gente vaya a los restaurantes a cenar más temprano, Santamaría reconoció que Galicia vive dos horas por encima de su horario; una costumbre que no se cambia tan fácilmente. Recordó que en redes sociales se hacen declaraciones de apoyo a la hostelería, con el compromiso de cerrar los comercios a las ocho de la tarde; pero la realidad es otra y ningún establecimiento comercial cierra sus puertas antes de las nueve de la noche.

Algunos locales de comida han decidido unirse a una plataforma de envío a domicilio con el fin de buscar una alternativa a las restricciones horarias y de aforos en los locales que reducen la asistencia de los clientes.

En Vilagarcía de Arousa está en marcha una iniciativa que ya cuenta con la adhesión de 14 establecimientos y que se pondrá en marcha en el plazo máximo de diez días, según los cálculos de los hosteleros. También se han planteado realizar turnos de comidas más cortos.

Reacción en O Grove

En una situación similar están los hosteleros de O Grove. José Benavides apuntó que el sector en este municipio lleva la situación crítica con resignación y, como el representante de los hosteleros de Vilagarcía demanda el cierre de actividad.

“Da igual que los locales estén abiertos que cerrados. No hay movilidad; es un desastre. Nos suben las cuotas de autónomos, hemos tenido que adaptar nuestros locales a las normas sanitarias, poner a disposición de los clientes geles hidroalcohólicos, asumir gastos de desinfecciones, pero no tenemos ingresos. Las normas sanitarias restringen la movilidad de la gente y repercute en los establecimientos de hostelería. No podemos seguir aguantando así; necesitamos un cierre de actividad y ayudas. Nosotros no somos grandes empresarios, somos trabajadores y también damos empleo que ahora se ve afectado por la falta de ingresos”, puso de manifiesto.

El hostelero grovense entiende que la reticencia del Gobierno a decretar el confinamiento, que prácticamente se está viviendo de facto, es porque en el momento en que se ordena un cierre tienen que dar las ayudas a los sectores afectados.

“Los hosteleros estamos desmoralizados y preocupados porque cada vez tenemos más gastos y menos ingresos por falta de clientes; las calles están vacías”, expuso Benavides.