La asociación O Jato Meco nació hace un año para tratar de cuidar –e incluso salvar de una muerte segura– a los felinos que viven abandonados en las diferentes colonias existentes a lo largo y ancho de O Grove, como sucede en tantas otras villas y ciudades de la comarca.

Desde entonces, este colectivo se ha dedicado a regular la población de gatos callejeros y a garantizarles una vida digna, tanto alimentándolos como desparasitándolos, ofreciéndoles mejores lugares en los que resguardarse del frío o castrándolos, para evitar así su reproducción indiscriminada.

Los vecinos pueden ayudar con 1 euro al mes

Prácticamente sin apoyos, aunque cada vez con más respaldo social, que también puede canalizarse a través de una campaña solidaria que permite a los ciudadanos colaborar aportando un euro al mes, O Jato Meco ha gestionado en este tiempo la entrega en adopción de 52 gatos callejeros.

Se trata de crías nacidas en la calle que han sido puestas en manos de familias de acogida y que, por tanto, disfrutan ahora de una vida mucho mejor de la que les esperaba en la zona portuaria de O Grove u otros lugares en los que se asientan las colonias felinas.

Actualmente la entidad tiene otras 18 crías que pueden ser adoptadas

Al margen de impulsar esas adopciones y las que están por venir, ya que actualmente la entidad tiene otras 18 crías a disposición de los ciudadanos interesados, O Jato Meco ha castrado durante su primer año en funcionamiento un total de 45 gatos y, como se explicaba anteriormente, desarrolló acciones como la instalación de casetas en las que ofrecerles cobijo, sobre todo ahora, cuando llegan las lluvias y las bajas temperaturas.

Una gatera con uno de sus inquilinos. O Jato Meco

Son, como se avanzaba hace días, originales y cómodas viviendas felinas levantadas con viejos neumáticos que han sido idea de una colaboradora de la entidad y ya han sido estratégicamente instaladas en diversos puntos del municipio meco.

Hay que recordar que esta asociación nació tras impulsarse en O Grove una campaña de recogida de firmas con el fin de presionar al Concello y lograr la protección de los gatos callejeros “proporcionándoles una vida mejor” y “minimizando los abandonos”.

Entre los objetivos que se marcaba la protectora en su fundación estaba “castrar las colonias existentes en el pueblo”.

Algunas de las crías. O Jato Meco

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Pero también concienciar a los vecinos, haciéndoles ver que un gato callejero “no es una amenaza” y que incluso puede contribuir a mantener la calles “limpias de insectos y roedores”.

Con su creación y la citada campaña de recogida de firmas, O Jato Meco también perseguía el control de las colonias de gatos callejeros, tratando de hacer del Concello “un lugar modelo, amigo de los animales, donde los gatos urbanos estén sanos y compartan espacio con los ciudadanos”.