La playa grovense de A Lanzada, en la que suelen depositarse todo tipo de residuos escupidos por el mar, sobre todo cuando se registran intensos temporales en el Atlántico, mostró en los dos últimos días la espectacular imagen de un esqueleto gigante. Se trataba de los restos –sobre todo óseos– de una gran ballena que habría muerto en el Atlántico hace ya un buen tiempo.

Las corrientes se encargaron de arrojar sobre la orilla ese gran trozo de esqueleto, de unos siete metros de largo, perteneciente a una ballena que, en vida, pudo haber alcanzado los 14 metros, según indica Bruno Díaz López, el doctor en Ecología que dirige el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI) y que en los últimos años se ha especializado en la identificación de los grandes cetáceos que, cada vez con mayor asiduidad, se acercan a la costa gallega para alimentarse.

El científico explica que al observar el cadáver encontrado en la popular playa grovense “no se puede concretar de qué especie de ballena se trata, ya que los restos están demasiado deteriorados después de tantas semanas en descomposición en el Atlántico, incluso puede que meses, y además es solo un trozo de la columna vertebral e incluso le falta la cabeza”.

"Es solo un trozo de la columna vertebral e incluso le falta la cabeza"

Evidentemente, esta circunstancia también impide la realización de una necropsia que permita determinar las causas del fallecimiento del mamífero marino.

Los restos de la ballena. BDRI

Sea como fuere, la imagen del gran esqueleto tirado sobre la arena ha resultado “impactante” para algunos de los muchos curiosos que se acercaron hasta A Lanzada al saber de la presencia del esqueleto. Otros, los que se los toparon de repente, cuando paseaban por la orilla como hacen prácticamente cada mañana, definen la escena como “sobrecogedora”.

"Los restos están demasiado deteriorados después de tantas semanas en descomposición en el Atlántico"

Brruno Díaz López - Director del BDRI

La concejala de Medio Ambiente de O Grove, María de los Ángeles Domínquez Fernández, indicaba en la tarde de ayer que los restos de la ballena ya fueron retirados por el Concello y la Xunta de Galicia.

Ni que decir tiene que la llegada de este cadáver de gran tamaño a la costa indica que está próxima la temporada de varamientos.

Red de Varamientos de Galicia

Se trata de una época que se repite cada año –en otoño e invierno– en la que, a causa de los intensos temporales, llegan al litoral todo tipo de mamíferos marinos –sobre todo focas y delfines– y tortugas, tanto vivos como muertos.

Los restos fueron depositados por el oleaje sobre la orilla de A Lanzada. BDRI

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La también conocida como “temporada de lobos marinos” multiplica el trabajo de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), encargada de gestionar la Red de Varamientos de Galicia.

En base a este proyecto puede decirse, por ejemplo, que entre 1990 y 2018 se encontraron un total de 206 lobos marinos en la costa gallega. El 74.8% correspondían a la especie foca gris, el 7,3% eran de foca capuchina y el 1,4% pertenecían a familia de foca común, de puerto o foca moteada (Phoca vitulina), que habita a lo largo de las líneas costeras de los mares templados y fríos del hemisferio norte.