Tras su paso por localidades como Cambados, Sanxenxo, Meis, Caldas, O Grove o Pontecesures, entre otros, la Caravana Morada desplegó su labor hace unos días en Valga.

De este modo el proyecto del Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) Salnés-Ulla-Umia sigue su andadura para “aportar su granito de arena a las políticas contra la violencia de género, teniendo en cuenta el papel que tienen las mujeres en la economía de la Galicia rural”, explica Arancha Pérez Cerezo, gerente de la entidad.

Lo que se pretende es “brindar un punto de información y asesoramiento en el que se visibilice el rechazo de la comunidad al acoso y las agresiones de género”.

Es por ello que en esta caravana viajan psicólogos, técnicos en criminología y otros profesionales especializados en la lucha contra la violencia de género que asesoran tanto a las mujeres que más pueden necesitarlo, por sufrir directamente las consecuencias de la violencia de género, como a la sociedad en general.

Es una acción que acerca soluciones y apoyo a las mujeres, sobre todo en el ámbito rural, donde el 80% de los casos de violencia de género “no son denunciados ni a las autoridades competentes ni en el propio entorno de la víctima”.

De ahí la trascendencia de este proyecto itinerante, que cobra mayor interés, si cabe, por hacerse realidad en plena pandemia, ya que la situación de alarma sanitaria y el confinamiento “agravaron el número de agresiones y abusos”, denuncian en el GDR, presidido por el alcalde pontecesureño, Juan Manuel Vidal Seage.

Tanto es así que en los 98 días iniciales del estado de alarma “las llamadas al 016 aumentaron en más de un 40% respecto al mismo período del año pasado”, asegura Arancha Pérez.

Cumpliendo en todo momento con los protocolos de seguridad frente al Covid-19, esta caravana proporciona a cuantos se acercan a ella todo tipo de documentación, brazaletes de lazo y otros materiales.

Así se constató en la reciente visita de la Caravana Morada a Valga, donde el vehículo se situó en las inmediaciones del centro de salud y contó con el respaldo del Centro de Información á Muller (CIM) de la localidad. Un departamento este último, dicho sea de paso, que tiene su sede en el edificio del CODI y que ofrece asistencia jurídica y psicológica gratuita.

Lo hace los 365 días del año, prestando atención tanto a las víctimas de malos tratos residentes en la propia localidad valguesa como a las de otros municipios del entorno.

Así lo destaca el gobierno valgués cuando se refiere al paso por su municipio de la Caravana Morada, el proyecto del GDR financiado a través de un convenio entre Vicepresidencia de la Xunta y la Consellería do Medio Rural al amparo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.