Cerca de una treintena de familias meañesas, cuyos hijos se hallan cursando estudios de Grado Medio en el Conservatorio Manuel Quiroga de Pontevedra, demandan del centro -o en su caso de la administración competente- que se restauren espacios para que los alumnos puedan aprovechar el tiempo en el estudio de materias académicas o musicales, de los que han sido privados en este curso por el Covid-19. Con tal motivo en la mañana de ayer lunes presentaban un escrito conjunto dirigido a la dirección del centro para obrar en consecuencia, lamentando que las explicaciones que le han sido dadas desde el conservatorio hasta ahora se relacionan con la falta del personal de limpieza e higienización necesario en el horario de tarde, “precisamente en la franja horaria vespertina que es la que concentra la mayor parte del alumnado”.
El conservatorio había contado hasta ahora con cabinas de estudio, que no pueden usarse por motivos de debida higienización por el Covid, ni tampoco la biblioteca, reconvertida en aula, y que solo está disponible a última hora cuando ya entonces, los alumnos o bien ha han partido para domicilios o bien están asistiendo a la última clase de la jornada.
Dado además que varias materias se imparten telemáticamente muchos alumnos se hallan con mucho tiempo baldío en medio, que no pueden aprovechar al carecer de un espacio para ello. La alternativa, lamentan, está siendo la permanencia en pasillos -lo que tampoco se recomienda- máxime cuando, en el caso de menores no pueden abandonar el centro, y en los mayores de edad esa alternativa pasa por recurrir a cafeterías cercanas -dado que la del conservatorio también está cerrada por el Covid- para aplicarse en el estudio. Unos pasillos y unas cafeterías que, entienden, no son las soluciones idóneas para paliar la situación.
Y es que los meañeses son, por detrás del municipio pontevedrés y por tradición en los últimos años, el concello con más alumnos en el Manuel Quiroga, y eso que, por el Covid, la matriculación meañesa ha bajado algo quedándose en poco más de la treintena -por los 40 de años anteriores- Este movimiento musical y los 21 kilómetros hace que los padres se organicen por su cuenta para trasladar a los alumnos en grupo hasta Pontevedra.
