La respuesta de los grovenses a la invitación cursada por la patronal para visitar la batería militar de Puerto Cuaces, en San Vicente, ha sido tan sorprendente como espectacular. Tanto es así que muchos de los interesados han tenido que quedarse sin poder acceder a ninguno de los diez turnos de visita organizados entre ayer y hoy.

Fueron cerca de 200 las peticiones formuladas y solo había un centenar de plazas, a razón de 10 personas en cada turno, fijados para las 10.00 horas, 11.30, 13.00, 16.00 y 17.30 horas.

Los que sí pudieron acceder pueden considerarse afortunados por tener esta oportunidad de conocer en detalle las características de este destacamento militar orientado hacia la isla de Ons, enclavado en la, para muchos, desconocida costa atlántica de Con Negro.

Mucho más que cañones

Lógicamente, porque se ven desde el exterior y ya se visitaron en rutas anteriores, son conocidos los cañones y otros elementos de este espacio restringido.

Lo que no se conoce tanto son los túneles construidos, junto a la propia base, durante la postguerra, su curiosa capilla, los barracones, la cantina ni los caminos interiores, que en algunos tramos semejan trincheras.

En la década de los cuarenta

Todo eso es lo que están conociendo los vecinos gracias a esta visita guiada que deja al descubierto algunos de los secretos de la llamada Batería J-1 de Puerto Cuaces, ejecutada en la década de los años 40 e inicialmente artillada con tres cañones, a los que se sumó un cuarto años después.

Utilizado en su última etapa como campo de tiro y maniobras de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable VII (Brilat), este espacio militar perteneciente al Ejército de Tierra y ya visiblemente deteriorado, está causando enorme sorpresa entre los visitantes, tanto adultos como niños.

Aquellos que no tuvieron la fortuna de encontrar plaza tendrán que esperar a mejor ocasión. Y parece que tendrán esa oportunidad, ya que Emgrobes anunciaba ayer que intentará organizar nuevas jornadas de visita a la batería.

Las "Xornadas marisqueiras" de Emgrobes

Las de este fin de semana se enmarcan en el proyecto lúdico y promocional diseñado por la asociación Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes) al abrigo de sus "Xornadas marisqueiras", que se clausuran hoy mismo e iniciaban su andadura el pasado día 8, con el propósito de compensar, al menos en parte, la suspensión de la Festa do Marisco.

El balance de esta actividad, como se indicaba en días pasados, solo puede tener una lectura positiva, teniendo en cuenta las limitaciones derivadas de la pandemia por Covid-19 y el hecho de que la patronal apenas tuviera tiempo para organizar actividades alternativas a la Festa do Marisco.

La cancelación de la Festa do Marisco

No hay que olvidar que tanto esta asociación como diversos hoteleros y restauradores, a título individual, confiaban en que fuera el Concello el que buscara el modo de atraer visitantes a la localidad este mes. Precisamente cuando este municipio, la comarca y buena parte de la provincia tendrían que haber estado a tope en caso de celebrarse la Festa do Marisco.

Pero fue cancelada, a causa del coronavirus, y dado que no se ofertaron alternativas relevantes por parte del gobierno local, lo que hizo Emgrobes en el último momento fue diseñar las citadas jornadas marisqueras.

"Andainas de Adro Vello" y "La cocina del mar"

Lo hizo, cabe insistir, a modo de promoción de hoteles, restaurantes y comercios, ofertando a los visitantes no solo la posibilidad de degustar la mejor gastronomía, sino también propuestas como el taller-degustación "La cocina del mar" y la mentada visita a la batería militar de Puerto Cuaces.

Una ruta por cierto, que no es la única avalada por las jornadas gastronómicas, en cuyo programa se incluyeron también las llamadas "Andainas de Adro Vello", que en un recorrido por la parroquia de San Vicente permiten a los participantes recorrer los caminos por los que pasaron celtas, fenicios, romanos, suevos y piratas para adentrarse en un mundo de "dioses olvidados, leyendas y misterios".