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O Salnés registra la mayor tasa de inmigración de la última década y frena la fuga de vecinos

Crece la llegada de personas de fuera de Galicia y España - En 2019 se mudaron a la comarca 25 ciudadanos por cada mil del censo y se marcharon 21 - El saldo es positivo en todos los concellos salvo en O Grove y Meis

Vilanova lidera en la comarca tanto la tasa de inmigración como la de emigración, que tienen en cuenta el nivel de población. // Noé Parga

Cada vez más personas eligen O Salnés como su nuevo lugar para vivir. Así lo demuestran los datos publicados ayer por el Instituto Galego de Estadística (IGE), los cuales revelan la tasa de inmigración más elevada en la comarca desde al menos 2011 -cuando comenzaron a registrarse estas cifras-, con la llegada de 25 nuevos vecinos por cada mil habitantes. El crecimiento se ciñe a los ciudadanos procedentes de fuera de Galicia y de España (con una tasa que pasó de 12,22 a 13,66 en un solo ejercicio), ya que la denominada inmigración interior (dentro de la propia comunidad autónoma) desciende ligeramente (de 11,71 a 11,67) y es menos numerosa que la exterior.

Frente al aumento de los empadronamientos por parte de ciudadanos foráneos, se estanca la emigración de salinienses hacia otros ayuntamientos (con una tasa que apenas varió: de 21,03 por cada mil habitantes a 21,17), lo que se traduce en un saldo migratorio positivo: En 2019 fueron 457 personas más las que fijaron su residencia en O Salnés que las que hicieron las maletas rumbo a otros lugares.

El saldo migratorio es positivo en todos los ayuntamientos de la comarca excepto en O Grove y Meis, con -116 y -5 respectivamente.

Aunque en cifras absolutas Vilagarcía es la ciudad con una mayor diferencia entre emigraciones e inmigraciones (250), no ocurre lo mismo si se tiene en cuenta el nivel poblacional de los concellos. Así las cosas, los mayores saldos migratorios por cada mil habitantes se encuentran en Meaño (10,74) y Ribadumia (10,23). En la otra cara de la moneda continúan estando O Grove, con -10,62, y Meis, con -1,05. Ninguna de las dos localidades registraban saldos negativos el año anterior (2018).

Con respecto a la tasa bruta de emigración, que en O Salnés se sitúa en 21,17, encabeza la tabla Vilanova, con 47 habitantes que se marcharon del municipio por cada mil residentes del censo. Le sigue Ribadumia (36,75), Meis (35), Cambados (31,04), Vilagarcía (30,79), Sanxenxo (30,25), O Grove (25,28), Meaño (22,05) y A Illa (17,72).

En cuanto a la tasa de inmigración, también lidera el ranking Vilanova, con 49,22. Muy de cerca está Ribadumia, con 46,97, y a más distancia Vilagarcía (37,48) y Sanxenxo (37,3). Cambados registra 34,62 inmigraciones por cada millar de vecinos, Meis 33,96, Meaño 32,79, A Illa 22,76 y O Grove 14,65.

Menores de 16 años

Por edades, el mayor saldo migratorio de la comarca se experimenta en los menores de 16 años, con una diferencia de 154 entre los niños y adolescentes que fijaron su residencia en O Salnés y los que emigraron a otros municipios. El siguiente tramo de edad es el comprendido entre 55 y 64 años, con un saldo de 73; y el de 45 a 54 años, con 65.

El saldo migratorio interior, es decir, la diferencia entre las emigraciones y las inmigraciones dentro del territorio gallego, es negativo, lo que significa que se fueron más salinienses a otros pueblos de la comunidad autónoma de los que se censaron en la comarca.

Al contrario, el saldo migratorio exterior se sitúa en cifras positivas, puesto que llegaron de fuera de Galicia y España 556 personas más de las que emigraron de Arousa a otras comunidades autónomas o al extranjero.

Otro dato que ofrece el balance publicado ayer por el IGE con respecto a los indicadores migratorios es la edad media a la que se producen estos cambios de residencia. En O Salnés roza los 39 años, con 38,98 para las emigraciones y 38,32 para las inmigraciones.

Por concellos hay diferencias, como por ejemplo el caso de Vilanova, donde la edad media de los vilanoveses que se mudan a otros lugares supera los 45 años, frente a los 37,6 de 2018. Con respecto a los nuevos vecinos que se instalan en el municipio de Valle Inclán, tienen una edad media de 43 años, una cifra a la que solo se aproxima Ribadumia, con 41 años. Los más jóvenes son los inmigrantes de Meis o Cambados, con 33 años de media.

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