La junta de gobierno local del Concello de Vilagarcía aprobará hoy la adjudicación de la obra del albergue de peregrinos de Carril a Movimientos de Áridos y Construcciones de Arosa (Marconsa). La oferta de esta empresa ha sido la mejora valorada de las seis que se presentaron al concurso, pues rebaja el importe de licitación en 78.000 euros y ofrece mejoras en electricidad y jardinería, además de ampliar en doce meses el plazo de garantía, que de este modo llega a los dos años. La actuación salió a licitación por 600.000 euros y se adjudicará por 522.000 (impuestos incluidos). Tiene un plazo de ejecución de diez meses y se financia con cargo al Plan Concellos de la Diputación.

La construcción del albergue de peregrinos en la estructura de lo que iba a ser la casa de cultura de Carril (no llegó a terminarse) es, junto con las piscinas de agua salada de A Concha, uno de los proyectos estrella del gobierno de Alberto Varela. La apertura del albergue tiene como objetivo "impulsar al sector turístico local aprovechando la gran tradición xacobea con la que cuenta Vilagarcía, punto de inicio de la Ruta Marítimo-Fluvial do Mar de Arousa-Ulla, el camino primigenio", recalcan desde Ravella.

Iago Fernández es el autor del proyecto de reforma del edificio para convertirlo en "un moderno y funcional" albergue de 443 metros cuadrados con capacidad para treinta personas.

Un mirador hacia la ría

La idea del arquitecto es que la edificación resultante simule un mirador hacia la ría, "perfectamente integrado en el entorno e inspirado en la arquitectura popular gallega de las villas marineras". Tendrá bajo, primer piso y bajo cubierta, así como un terreno aledaño que se aprovechará como zona de recreo.

El albergue contará con todos los servicios que necesita un alojamiento para peregrinos: recepción, botiquín, zonas de estar, aseos, duchas, taquillas, dormitorios, lavandería, almacén, guardabicis, terrazas y zona verde. Todas las estancias cumplen con la normativa vigente de accesibilidad.

En la planta baja se habilitará un recibidor, la zona de recepción, un aseo y una sala de botiquín. Una rampa comunicará el recibidor con la lavandería y con la zona para guardar las bicicletas. También en el bajo habrá -de uso exclusivo para el personal- una zona de almacén, sala de máquinas para calderas de agua y calefacción y los contenedores de basura, a los que se podrá acceder directamente desde la calle para facilitar su vaciado y recogida.

Junto a la recepción se ubicará un ascensor y arrancarán las escaleras hacia los dos pisos superiores, que tendrán una configuración similar: un amplio distribuidor al pie de las escaleras y del ascensor y a su alrededor se ordenarán el resto de las dependencias: habitaciones, baños, duchas y salas de estar. Las zonas de estar de ambos niveles estarán intercomunicadas como si se tratase de un patio interior abalconado en una doble altura y vistas al exterior a través de una gran fachada acristalada.