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Culto a la otra patrona de los marineros

Vilaxoán rinde tributo a la Virxe do Rosario, con resignación al suprimirse las fiestas

Fieles asistentes a la celebración litúrgica. // Noé Parga

Vilaxoán honra esta semana a la Virxe do Rosario considerada como primera patrona de los marineros aunque se haya extendido la advocación por la Virxe do Carme en los pueblos de costa. Pero en la localidad arousana persiste al menos esa tradición oral, refrendada por las tallas de las santas que la Cofradía custodia en sus locales desde hace más de dos siglos.

Ayer se celebró la primera misa solemne en la iglesia parroquial y esta mañana la Coral Parroquial también cantará en la liturgia dedicada a los marineros fallecidos a lo largo del año, aunque la onomástica propiamente dicha se conmemore el miércoles 7 de noviembre.

Dolores Couso, presidenta de la comisión de fiestas, muestra sentimientos encontrados y aunque no oculta su emoción al ver cumplido por lo menos el programa religioso se observa cierta decepción porque el espíritu festivo quedó bloqueado por la pandemia. "Ni siquiera se han celebrado comidas familiares en las casas como otros años", subraya con nostalgia.

Y es que las fiestas del Rosario generaban siempre gran animación, baste recordar las verbenas, charangas, conciertos de la Banda de Música, las tradicionales sesión vermú o los cabezudos. "Este año ni siquiera hay rosquillas", obviamente para endulzar la jornada.

Debido a las restricciones por el Covid-19, la comisión de fiestas hizo todo lo que pudo. "Hemos engalanado la imagen de la Virgen del Rosario que luce su habitual manto azul y adornado con flores frescas la iglesia porque no podíamos concebir que las misas solemnes no fueran presididas por la santa", explica Couso.

La Virxe do Rosario permanecerá en el templo de Sobrán hasta el dia de difuntos, fecha en la que retorna a su capilla de la cofradía donde permanecerá a resguardo durante el resto del año. Es en esta sede donde se custodian las cuatro tallas de las dos patronas de los marineros.

"Dos de ellas son muy antiguas, tienen sin duda más de 200 años, mientras que las dos nuevas rondan el siglo", explica Dolores Couso que tiene grabado el acto del centenario de la patrona de la cofradía, que se celebró en 2017.

De ahí la enorme devoción por ambas santas del pueblo vilaxoanés que ayer volvió a quedar demostrada en la santa misa concelebrada y en la que cantó el coro parroquial pues por motivos de la pandemia la Coral no pudo ensayar.

Los fieles ocuparon todos los espacios reservados para una misa en la que hubo un recuerdo muy especial para su párroco Lino Arcos, fallecido hace algunas semanas por razón de edad, pero que ha dejado una profunda huella entre los vecinos de la localidad y que nunca se perdía los actos de las dos patronas de los marineros de Vilaxoán.

Por tanto, un año especial en el que a la Virxe do Rosario muchos han pedido que interceda para que el próximo año se recobre la normalidad de los festejos.

Es sin duda un deseo que estos días volverá a ser expresado a través de las bombas de palenque y el repique de campanas que recuerdan que Vilaxoán sigue en fiestas.

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