La suspensión de la Festa do Marisco no deja de irritar a hosteleros y comerciantes mecos. Sobre todo cuando al llegar el fin de semana comprobaron que lo que debería ser una localidad abarrotada de turistas, como cada primera quincena de octubre, se ha convertido en poco más que un pueblo fantasma.

Desde el PP grovense se hacen eco de ese malestar de los empresarios y arremeten contra el gobierno socialista. Y no tanto por suspender la fiesta, sino por no haber arropado al sector turístico ni desplegado acciones promocionales o alternativas a la cita gastronómica. Beatriz Castro, su portavoz, no solo censura al alcalde "por volver a mentir y manipular, llegando a decir que el déficit de la Festa do Marisco de 2019 se quedó en 10.000 euros, cuando en realidad fueron más de 200.000". También lo ataca diciendo que José Cacabelos "se escudó en el coronavirus para suspender la fiesta y permanecer de brazos cruzados, a pesar de que en realidad se podrían hacer multitud de cosas garantizando la seguridad de los participantes". Y como prueba de ello sostiene que "en verano, con el pueblo lleno de gente, el alcalde se despreocupó de todo, y ahora resulta que no hace la fiesta alegando cuestiones de seguridad".

La edil popular añade que "la pasividad e inacción del alcalde con respecto a la fiesta vuelve a ser evidente, pues en multitud de ocasiones le dijimos que este evento podía reinventarse y que era un error cancelar absolutamente todo, pero no hizo caso y ni siquiera se brindó a convocar hasta el 30 de septiembre al Consello Local de Turismo para aportar ideas entre todos".

Lo que sucede es que "ahora sufrimos las consecuencias de la nefasta gestión del alcalde, para el que es más fácil no hacer nada y después tratar de manipular a la opinión pública insistiendo en que hay que buscar alternativas cuando él se limitó a cancelar la fiesta y no buscó ni la primera, dejando totalmente desamparados a hosteleros, comerciantes y empresarios en general". Sabe Castro que la Festa do Marisco de siempre era inviable, "pero no puede ser que no se hiciera absolutamente nada para minimizar las pérdidas; ni siquiera una campaña promocional para animar a la gente a venir al pueblo en cualquier momento del año a degustar nuestros productos".