La cofradía San Martiño ve irresponsables e inoportunos los "cantos de sirena" de la CIG

La cofradía de pescadores San Martiño rechaza de nuevo los planteamientos del sindicato CIG, empeñado en que se apliquen uno o varios convenios colectivos para mejorar las condiciones de los 23 trabajadores del pósito. Éste considera la propuesta como "cantos de sirena" que se producen en un momento de "fragilidad e incertidumbre económica".

Desde el cabildo, presidido por Antonio Otero, llegan a decir que los efectos del coronavirus se harán notar a medio y largo plazo, no solo este año, por lo que rechazan la postura sindical y reclaman coherencia con la actual situación social y sanitaria.

Al referirse a la huelga organizada por la CIG el viernes, con una nula repercusión, el pósito manifiesta su "satisfacción y orgullo" por lo que considera una "respuesta sensata, prudente y responsable mantenida por la totalidad de los trabajadores, quienes hicieron gala de compromiso, confianza y coherencia respecto a los intereses públicos y generales que defiende esta Corporación de Derecho Público".

Dicho lo cual, en contra de lo criticado por la CIG, la cofradía insiste en la idoneidad de los servicios mínimos establecidos y advierte de que "la ignorancia no debe eximir del cumplimiento de la ley, por lo que resulta ininteligible que CIG ignore que el de la de lonja sí es un servicio esencial de la comunidad que no puede paralizarse".

En base a esto, Antonio Otero sostiene que "la convocatoria de huelga presentaba gravísimos defectos de legalidad que podían provocar perjuicios y daños irreparables; más si cabe cuando se quiere ocultar que los servicios mínimos establecidos únicamente estaban formado por siete de los 23 trabajadores en una franja temporal de cuatro horas para atender obligaciones ineludibles".

Además, el patrón mayor considera la convocatoria "absolutamente injustificada" porque, asegura, su cofradía "siempre hizo bandera de la lucha permanente por la defensa y mantenimiento del empleo y los salarios dignos para todos, tanto trabajadores como socios".

A modo de ejemplo, aduce que "ni siquiera la reciente y grave crisis económica, el triste episodio de malversación de caudales del que fuimos víctimas y el estado de alarma por Covid provocaron una disminución de los salarios o pérdida de derechos laborales de los trabajadores".

Como tampoco se rescindieron contratos, "siendo la nuestra la única cofradía de Galicia que no aplicó un ERE o un ERTE en los últimos

veinte años", presume Antonio Otero. Y no solo eso, sino que confía en que esto no ocurra en los próximos años, "aunque debamos soportar una paulatina reducción de asociados o el envite que suponen las constantes limitaciones de las políticas pesqueras comunes adoptadas por Bruselas, Madrid y Santiago, las cuales condicionan las expectativas profesionales de nuestros socios". Una situación, dicho sea de paso, que "repercute negativamente en los ingresos con los que debemos financiar los costes laborales".

Asimismo, el patrón considera inoportunas las protestas de la CIG en "un momento de grave deterioro económico por la influencia del Covid, lo cual obliga a priorizar la permanencia, estabilidad y calidad del empleo", en lugar de "incumplir sentencias judiciales que impiden aplicar convenios colectivos de otros sectores ajenos a la actividad propia de nuestra entidad".

Suscríbete para seguir leyendo