En abril de 2016 el grupo de Esquerda Unida (EU), ahora dirigido por José Antonio Otero, presentaba una moción para que O Grove dejara de ser un "pueblo libre de autocaravanas", solicitando la creación de, al menos, dos zonas especiales, una en cada parroquia. Como también reclamaban áreas de servicio específicas provistas de "agua potable, arquetas para vaciado de aguas grises y de aguas negras, cartel indicador y un reglamento de uso y sanciones que siga las recomendaciones de la Asociación Galega de Autocaravanas y la Federación Española de Asociaciones de Autocaravanistas".

Aquel debate se generaba tres años después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) desestimara un recurso de la Asociación de Autocaravanistas de Galicia contra la ordenanza municipal que impedía acampar y dormir en las vías y los espacios públicos de titularidad municipal para, entre otras cosas, "garantizar la higiene y la fluidez del tráfico". Fue entonces cuando Beatriz Castro, que era la presidenta de la desaparecida Asociación de Hostelería, advertía ya de que "el visitante autocaravanista es tan digno como cualquier otro, pero los campamentos turísticos o campings poseen instalaciones totalmente habilitadas y la normativa los reconoce como los lugares idóneos".

Lo que quería decir era que al dejar a estos vehículos "campar a sus anchas" por la localidad y pernoctar en cualquier punto "no solo perjudica a los campings habilitados, sino a la hostelería en general, ya que quienes usan esos vehículos son clientes potenciales de nuestros establecimientos".

Y, como hostelera, añadía: "No tiene sentido permitir que pernocten libremente, sobre todo teniendo en cuenta que quienes pagamos los impuestos aquí como unos auténticos campeones somos nosotros, los vecinos y hosteleros, por lo que debemos tenerlo muy en cuenta".