Pero no satisfecho con esto, su propietario, Miguel de la Cierva, lanza junto a uno de sus mejores amigos, el afamado chef Pepe Solla, una propuesta gastronómica sorprendente de la que van a poder disfrutar mañana un puñado de afortunados. Y que nadie se ponga a buscar entradas, porque se agotaron en cuestión de minutos.
"Este año es especial, distinto, y lejos de agachar la cabeza la hemos estirado más, porque es el momento y la oportunidad para hacer cosas que deseamos y nunca habíamos alcanzado", explica Pepe Solla para dar a conocer este propuesta mediante la cual Casa Solla se traslada por una noche a la playa de A Barrosa.
Será "una noche mágica en un lugar mágico para nosotros". Una cena para 40 personas distribuidas en cinco mesas de 4 comensales, dos de seis y una mesa para ocho invitados.
Evidentemente, esta experiencia gastronómica se hará acompañar de esa música que nunca falla ni falta en El Náutico, por mucho que la pandemia obligara a introducir importantes limitaciones de aforo e impidiera que miles de personas pudieran disfrutar este año de sus conciertos.